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La vida secreta de Jackie Kennedy

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Cincuenta años después, las confesiones de la ex primera dama salen a la luz y revelan los secretos de su vida cotidiana y política.

28/sep 2011

John F. Kennedy es el primer presidente de la era moderna de Estados Unidos. Antes de él, todos fueron personajes en blanco y negro de los que la mayoría de las generaciones presentes saben por los libros de historia, figuras lejanas en el tiempo y, sobre todo, en el afecto. Kennedy es el primero que ganó unas elecciones gracias a la televisión y el primero que comprendió el poder de su personalidad y su imagen, tanto como de su cargo.

Para ayudarle a lograrlo, fue decisiva la colaboración de su esposa, Jacqueline Kennedy, que complementó magistralmente el papel del presidente, no solo para constituir la más perfecta pareja política de la historia, sino para darle a este aún más brillo, gracia y dimensión universal. Jacqueline iluminó la Casa Blanca y convirtió un hermético centro de poder en un divertido club social y en el hogar de todos los norteamericanos. Jacqueline diseñó el Despacho Oval que hoy conocemos y humanizó hasta tal punto las circunstancias de la presidencia de John Kennedy que consiguió que trascendiera más su vida que su obra.

Este es el propósito del libro que acaba de aparecer en Estados Unidos con ocho horas de entrevistas a Jacqueline Kennedy: tratar de hacer justicia con una mujer que vivó callada la construcción de su leyenda y se fue en silencio a la tumba.

De los archivos de la Biblioteca Kennedy al mundo. 50 años después del mandato de JFK, Jackie se confiesa.

Sobre Martin Luther King: "[JFK] nunca dijo nada realmente contra Luther King. Desde entonces Bobby [Kennedy] me habló de las cintas de esas orgías que tenían y cómo Martin Luther King se rio del funeral de Jack. Dijo que el cardenal Cushing estaba borracho y cosas como que casi tiran el ataúd. (…) Es un tipo tramposo".

Sobre indira gandhi: "La señora Gandhi y yo tuvimos una comida de señoritas en la salita. (…) Ella lo odiaba. Le gustaba estar con los hombres. Es un horror de mujer. (…) No me gusta un pelo. Siempre parece que está chupando un limón".

Eisenhower y el golf: "No creo que Jack tuviera muy buena opinión de él. (…) En la puerta de la oficina de Jack pensamos que había termitas. Estaba todo lleno de agujeritos. (…) Eran los tacos de sus zapatos de golf. Supongo que tuvo que haber caminado por toda la Casa Blanca con ellos".

La siesta presidencial: "[JFK] Nunca se echó la siesta antes, pero en la Casa Blanca creo que se hizo a la idea de hacerlo porque era tan bueno para su salud. (…) Dijo que Churchill solía hacerlo. (…) Eran de 45 minutos, y se desvestía por completo y se ponía su pijama".

Sobre ser sucedido por Johnson: "Jack me lo dijo muchas veces: ‘Oh, Dios, ¿puedes imaginarte lo que le pasaría al país si Lyndon fuera presidente?". En la imagen, Lyndon Johnson tomando posesión de la presidencia en 1963, tras el asesinato de John Kennedy.

La Crisis de los misiles de Cuba de 1962: "Por favor, no me mandes a Camp David. (…) No me mandes a ninguna parte. Si pasa algo, todos nos quedaremos contigo aquí. Incluso si no hay sitio en el refugio antibombas de la Casa Blanca. (…) Quiero morir contigo y los niños también quieren en lugar de vivir sin ti".

Una broma macabra: Superada la crisis de los misiles, JFK se preguntaba si Lincoln habría sido tan gran presidente si no hubiera sido asesinado en la Reconstrucción tras la Guerra Civil. Jacqueline rememora: "Recuerdo a Jack diciendo, después de la crisis, cuando todo salió tan bien: ‘Bien, si alguien me va a disparar, este sería el día perfecto".

Fuente: Antonio Caño, www.elpaís.com

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