Cumplir a diario con el ritual de limpieza, hidratación y tonificación, usar protección solar, exfoliarte y programar un facial regularmente son básicos para mantener la juventud del rostro. Sin embargo, esas no son las únicas reglas a seguir para detener el tiempo, aquí, las que no puedes pasar por alto.
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1. Desintoxícate
La desintoxicación es un proceso natural del cuerpo para eliminar desechos, limpiar y renovarse. Cuando el cuerpo no puede deshacerse de los productos químicos acumulados, su equilibrio se deteriora, lo que puede provocar un metabolismo lento, piel marchita y manchas.
Para ayudar al proceso natural de desintoxicación consume alimentos altos en fibra, agua, vegetales y frutas de colores brillantes. Además, evita las comidas con altas cantidades de azúcar, grasas trans, alcohol, alimentos procesados y químicos. Finalmente ejercítate a diario ya que al sudar eliminas muchas toxinas.
2. Apúntate al retinol
Los expertos en estética aseguran que el mejor ingrediente anti-edad que toda mujer debe tener en su arsenal de belleza es el retinol. Derivado de la vitamina A, el retinol combate el acné, disminuye los signos de daño solar y retrasa el envejecimiento ya que acelera la renovación celular, mejorando la apariencia de la piel en pocas semanas.
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3. Duerme!
Si buscas combatir el envejecimiento, la clave está en dormir bien. Es durante el ciclo de sueño que ocurre la renovación celular y el flujo sanguíneo se eleva.
De ahí que según los expertos, es el mejor momento para absorber los ingredientes activos que contienen los sueros y productos anti-edad. Duerme un mínimo de 8 horas y antes de ir a la cama cumple tu rutina de limpieza, tonificación e hidratación.
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4. Hidrátate
Tomar agua es bueno para la salud y también para la piel. Y es que además de ayudar a eliminar toxinas y desechos, el agua hidrata la piel, mantiene su elasticidad y tonicidad y evita la aparición prematura de arrugas. Consume como mínimo dos litros de agua al día y verás los resultados.
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5. Al rescate de los grandes olvidados
La sobreexposición solar y los radicales libres afectan tus manos y tu cuello de forma evidente. Sin los cuidados necesarios, estas áreas muestran de forma prematura los signos del envejecimiento con manchas, resequedad y pérdida de firmeza.
Trata tu cuello y tus manos de la misma forma que cuidas tu rostro. En la mañana y en la noche, aplica crema humectante y no olvides el filtro solar.
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6. Alimenta tu piel
El colágeno, una proteína que nuestro cuerpo produce, es responsable de dar fuerza y elasticidad a la piel. Con la edad, su producción disminuye y las arrugas aparecen. Para promover su generación consume vegetales como pepino, brócoli, camote, espárragos, apio, pavo o pollo, preferiblemente orgánicos. La zanahoria y el camote, ricos en vitamina A, restauran y regeneran el colágeno dañado.
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7. Relax
Un estilo de vida agitado junto a una carga diaria de estrés disminuye el funcionamiento óptimo del cuerpo y la mente, además de aumentar la formación de radicales libres internos que pueden conducir al envejecimiento prematuro y la degeneración de las células, lo que muy pronto se reflejará en la piel de tu rostro.
La mejor forma de combatir el estrés es llevando una alimentación sana, practicar una respiración adecuada, balancear el trabajo y tu vida personal, buscar actividades de esparcimiento y dormir bien cada noche.
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8. Una crema a la vez
Si eres de las que prueba todos los productos que te recomiendan, toma nota! No te apresures a aplicarte de una vez el último serum, humectante, tonificador o crema de noche del mercado, sin haber terminado los que tienes en tu tocador.
Difícilmente sabrás si un producto es efectivo sino lo usas el suficiente tiempo. Los expertos recomiendan empezar a probar un producto nuevo a la vez y esperar dos semanas para incorporar otro más. Eso dará más tiempo a tu piel de adaptarse a los componentes y tener mejores resultados.
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9. Desmaquíllate!
No importa lo cansada que estés, nunca te acuestes con el maquillaje puesto. Limpiarse la cara antes de dormir es una regla.
Eso evitará innecesarios brotes de acné, arrugas y una piel marchita y envejecida. Durante el día, el polvo, la polución y el maquillaje invaden los poros.
De ahí que debes limpiar a diario con un producto suave y efectivo. Mantén siempre en tu mesa de noche toallitas desmaquillantes para evitar la tentación de dormir sin lavarte la cara.
