Por si esto fuera poco, dar y recibir abrazos reduce los sentimientos de enojo y apatía, relaja los músculos, libera la tensión del cuerpo, incrementa la autoestima, disminuye la presión arterial y, al estimular el nivel de oxígeno en la sangre,
rejuvenece el cuerpo y fortalece el sistema inmune al elevarse la serotonina. Así que abraza y déjate abrazar.
La hormona del amor
Científicos de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, aseguran que una persona necesita recibir abrazos y caricias desde sus primeros años de vida, para evitar que sus neuronas mueran por la ausencia del contacto físico. Cuando otras personas acarician o abrazan, se incrementan los niveles de oxitoxina en la sangre, mejor conocida como la hormona del amor. categorías