La alimentación de la madre, antes y durante la gestación, es esencial para garantizar un adecuado crecimiento y desarrollo del bebe, así como también para preservar su propia salud. Para el desarrollo del bebé es necesario el consumo de ciertas vitaminas y minerales; un consumo insuficiente en esta etapa de la vida puede tener consecuencias en el desarrollo del niño a futuro.
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Ácido fólico: con la dosis correcta durante el embarazo, hay menos probabilidades de tener un bebé con malformaciones del sistema nervioso central y contribuye a prevenir los defectos de los principales órganos.
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Alimentos ricos en ácido fólico son: espinaca, brócoli, coliflor, lechuga, los cereales integrales, naranja, melón, uvas, hígado y huevo.
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Vitamina B12: esta vitamina hidrosoluble previene un tipo de anemia llamada megaloblastica que durante el embarazo se ha asociado a un mayor riesgo de aborto, nacimientos con trastornos del tubo neural y espina bífida.
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Alimentos ricos en vitamina B12 son las carnes y los lácteos.
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Hierro: la carencia de hierro puede ser causa de anemia y cansancio excesivo.
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Alimentos ricos en hierro son las carnes rojas, tomate, limón y cítricos.
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Calcio: es fundamental para la formación de la estructura ósea y dentaria del bebé.
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Alimentos ricos en calcio son los lácteos salmón, sardinas espinacas, col rizada, cebolla, berro, brócoli, judías blancas, garbanzos, soja, yema de huevo, frutas secas.