¡Un ticket directo a Grecia! Dior nos transportó con su nueva colección a imaginarnos paseando por la playa, cenando o navegando por las costas del país europeo. La maison escogió la ciudad de Atenas como el escenario de su pasarela que combina a la perfección la herencia y la modernidad. Aquí te dejamos algunos looks.
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A lo largo de todos los atuendos, varios utilizaron una pieza muy arriesgada que son arneses de cuerpo en las modelos.
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Los vestidos largos con estructuras muy fluidas acompañados por la dualidad de zapatos más informales.
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Las transparencias de los vestidos le daban un aspecto muy ligero y fino a la colección.
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Tiene mucha influencia de la cultura griega, reinventando el peplo que es una túnica plisada de la antigua Grecia.
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No podía faltar una tendencia que está en auge en estos momentos en todas partes y son los chalecos, Dior optó por unos de textura peluda.
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Las botas altas y hasta el tobillo fueron otras de las piezas más utilizadas a lo largo de la presentación, acompañadas de calcetas que traían el logo de la casa de lujo francesa.
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Los trajes completos y holgados destacaron mucho.
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La paleta de colores fue mayoritariamente blancos y beiges en varias tonalidades.
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Los arneses negros no fueron los únicos accesorios de cuerpo, también había otros simulando cadenas eran más delicadas.
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Para el juego de colores de otros sets, se utilizó muchos colores más vivos y también metálicos.
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Los atuendos deportivos fueron una de las variantes más distintivas.
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¡No podía faltar el color negro!
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Otro guiño a las tendencias actuales, un corsé.
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La colección fue muy clásica, hasta los patrones que utilizaron fueron muy sobrios.
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Para cerrar el espectáculo, el vestido final tenía una representación de un cisne que encapsula el significado de la belleza.