Cuando apenas éramos unos niños jugábamos con prácticamente cualquier cosa, pero cuando una cuerda o lazo se nos ponía en nuestro camino solo significaba una cosa: ¡A saltar! Pasábamos horas y horas saltando y divirtiéndonos con una simple cuerda, pero al crecer perdemos la costumbre, por cuestiones como el trabajo o el tiempo. Sin embargo, al leer este artículo te vas a dar cuenta que volver a saltar la cuerda será una actividad justa y necesaria.
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Quemarás calorías En una sesión de 30 minutos puedes quemar hasta 300 calorías, haciendo un ejercicio continuo. Saltar la cuerda gasta más calorías que practicar baloncesto o andar en bicicleta.
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Tonificar el cuerpo Es un ejercicio completo porque trabajas todo al mismo tiempo; fortalezerás zonas como las pantorrillas, muslos, glúteos, incluso el área abdominal. Es por esta razón que los boxeadores optan por realizar esta actividad.
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Mejora la concentración Aunque saltar la cuerda sea agotador incluso para los más experimentados, no podemos negar que tendremos una concentración más dominante porque al recibir mayor oxigenación tu cerebro, serás capaz de trabajar de mejor manera y notarás un cambio en tu capacidad cognitiva.
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Te brinda resistencia muscular Al ser un ejercicio continuo, automáticamente te dará fuerza muscular y resistencia. Ojo, esto quiere decir que podremos realizar actividades físicas por más tiempo. ¡A saltar!
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Mejorará tu respiración Por ser un ejercicio netamente cardiovascular, tendremos mejor oxigenación para el cuerpo. Esto quiere decir que no nos sentiremos agotados en actividades que antes no durábamos mucho tiempo por quedarnos sin oxígeno.
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Un ejercicio práctico Es de esos ejercicios que podemos realizar donde sea, con quien sea y a la hora que quieras. Llevar una cuerda a todos lados es una ventaja demasiado beneficiosa para aquellas personas que pasan de un lado a otro. Además, necesitas poco espacio para saltar.