¡Odiamos los puntos negros! Aparecen hasta en el más bello de los rostros. Para luchar contra ellos debes mantener buenos hábitos de alimentación, usar protector solar a diario y beber entre seis u ocho vasos de agua para mantener la piel hidratada y eliminar impurezas. Y si no puedes asistir cada semana a una clínica de estética, comienza a probar remedios caseros ahora mismo.
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Antes de dormir, coloca sobre el área donde tienes puntos negros una compresa húmeda y deja unos diez minutos. Retira y seca. Humedece con agua tibia un cepillo de dientes nuevo, coloca una pequeña cantidad de dentífrico y cepilla suavemente la zona a tratar. Luego, lava el rostro y aplica tu hidratante normal. Esteriliza el cepillo con agua hirviendo. Puedes realizarlo unos tres días a la semana.
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Prepara un tónico mezclando zumo de limón, aceite de almendras y glicerina en partes iguales. Antes de dormir, aplica con un algodón en el rostro y deja actuar por 15 minutos. Lávate la cara con agua tibia. En poco tiempo notarás que no solo desaparecen los puntos negros sino también las manchas.
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Lávate el rostro con agua templada. Coloca el rostro frente a una olla con agua caliente -separado al menos 30 centímetros- de manera que el vapor te ayude a abrir los poros. Para hacerlo más efectivo puedes cubrir tu cabeza con una toalla para que se concentre el vapor. Humedece la esquina de una toalla de mano o un algodón con un poco de aceite de oliva o de almendras. Añade pasta de dientes encima. Aplica de manera suave, pero firme, sobre la nariz o en la zona donde tienes puntos negros. Espera 5 minutos y enjuaga con agua tibia. Los resultados te sorprenderán.
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Lava el rostro y exfolia vigorosamente, especialmente donde se presentan puntos negros. Retira el exfoliante con agua tibia y seca bien. Mientras, licúa dos cucharadas de yogurt natural, hojas de perejil y medio pepino hasta obtener una pasta homogénea. Aplica sobre el rostro por 15 minutos. Retira con agua tibia, seca y aplica tu hidratante normal.
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Calienta agua en un recipiente con un poco de romero y manzanilla, deja que haga suficiente vapor y acerca el rostro donde no haya riesgo de que te quemes, pero que sí te llegue suficiente vapor. Quédate unos cuantos minutos y te retiras, inmediatamente toma dos pañuelos faciales y con las yemas de los dedos, nunca con las uñas, presiona la zona donde tienes los puntos negros, gracias al calor la piel se expande y los poros se abren facilitando la limpieza. Aplica una mascarilla refrescante y retira con agua tibia.
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En un tazón de vidrio mezcla bien una cucharada de leche con una cucharada de gelatina sin sabor hasta formar una pasta. Calienta por diez segundos en el microondas y con un pincel aplica en los lugares donde están los puntos negros, deja actuar por 10 minutos y retira con las manos ya que la mascarilla quedará como un gel. Lava bien el rostro, seca y aplica tu hidratante normal.
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Mezcla bien cuatro cucharaditas de miel con una cucharadita de canela en polvo hasta formar una pasta. Aplica en el rostro, enfatizando en la zona donde tienes puntos negros. Deja actuar por 20 minutos y retira con agua templada.
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Prepara una mascarilla exfoliante mezclando partes iguales de sal, arcilla y miel hasta obtener una mezcla homogénea. Obtendrás una textura arenosa. Frota el área donde tienes puntos negros durante unos cinco minutos. Enjuaga con agua templada, retira todos los restos y seca bien. El resultado te sorprenderá.
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Si tienes puntos negros y además la piel grasa, prueba mezclar una cucharada de avena molida, tres cucharadas de yogurt natural y gotas de zumo de limón, aplica sobre el rostro y deja reposar por 15 minutos, enjuaga con agua templada.
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Seguramente habrás escuchado sobre los múltiples beneficios del bicarbonato de sodio. Uno de ellos es que es un excelente exfoliante, ideal para limpiar la piel, tratar el acné y los puntos negros. Prepara una pasta con dos cucharadas de bicarbonato y una de agua natural. Utiliza la mezcla para masajear la piel del rostro con la yema de los dedos y sin aplicar demasiada presión. Deja secar la mezcla unos cinco minutos y enjuaga con agua tibia. Puedes repetir el procedimiento una o dos veces a la semana.