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El regreso de Carrie Bradshaw

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Llevó el glam a la televisión protagonizando a la memorable Carrie Bradshaw en una serie de culto que además la convirtió en ícono de estilo. Ese mismo personaje la llevó a triunfar en el cine, una experiencia que espera repetir en la segunda entrega del filme Sex and the city.

30/ago 2010

Cuando llegó a la habitación del hotel Mandarin Oriental de Manhattan, donde se realizó nuestra entrevista, - la única que brindó a un medio de comunicación en Centroamérica-, fue inevitable quedarse fascinado con su vestuario. Consciente de que cada elemento de su indumentaria será objeto de admiración, Sarah Jessica Parker acepta de buen gusto que la vistan y la adornen.

Nos saludó con una enorme sonrisa, mientras apreciamos su vestido de Christian Lacroix, (en el que a propósito sobresale un sostén de Deborah Marquit), zapatos del nuevo diseñador británico Nicholas Kirkwood y un exclusivo bolso de VBH.

"Lo único que no es prestado de todo lo que tengo puesto es mi persona", dice Sarah Jessica, a quien su participación en la serie televisiva creada por Darren Star le dio el status de gran estrella que no obtuvo en los quince años previos en los que participó en innumerables películas independientes.

La ex-niña actriz que comenzó su carrera en Broadway acompañada de algunos de sus numerosos hermanos, sólo concretó su sueño de convertirse en una de las actrices mejor pagadas del cine trasladando a la pantalla grande a su Carrie Bradshaw, la escritora neoyorquina que se transformó en un verdadero símbolo de la cultura popular al reflejar con fidelidad cómo sienten y piensan las mujeres de hoy.

Aunque en 2004, después de que concluyó la serie, Parker intentó encontrar el mismo nivel de éxito en la pantalla grande, los resultados le fueron esquivos, aun cuando obtuvo una nueva nominación al Golden Globe por The Family Stone.

El éxito abrumador que tuvo la primera película basada en la serie y estrenada dos años atrás no se compara con ninguna de los otros filmes que ha hecho la actriz en toda su carrera, y tal vez por eso puso manos a la obra en una segunda entrega en cuanto los resultados de la taquilla sirvieron para darle luz verde a una secuela.

En el interín, Parker protagonizó junto a Hugh Grant la comedia romántica Did You Hear About the Morgans? que no encontró la misma respuesta del público.

INOLVIDABLE

Sarah Jessica, también productora del filme, señaló que a pesar de todo lo bien que les fue con la primera película y de que ella se conoce a este personaje como la palma de su mano, poner en marcha una segunda entrega no fue nada fácil, "siempre es abrumador volver a empezar", admite, y luego agrega: "pensamos que no íbamos a poder hacerlo. Como siempre, nos fueron apareciendo maravillosos obstáculos en el camino y fue emocionante tratar de superarlos.

El primer día de rodaje fue pura excitación, pero creo que la mejor parte de toda la experiencia, por lo menos para mí, fue el tiempo que pasamos en Marruecos. Fueron casi dos meses durante los cuales estuvimos inmersos en un ambiente exótico, estimulante, inspirador y cinematográfico. Además, me dio la posibilidad de convivir con el reparto, algo que no habíamos podido hacer nunca antes. Es probable que la película se haya convertido en esa experiencia profesional que recordaré toda la vida. Fueron, sin duda, unos días memorables, llenos de desafíos y emoción, y estoy muy feliz de que éste haya sido el lugar donde me toco vivirlos y éste el grupo con el que me tocó compartirlos".

Aunque tanto la serie como la primera película fueron recibidas con entusiasmo por una audiencia mayoritariamente femenina y de cierta edad, Parker se niega a creer que el mundo de Carrie Bradshaw sólo pueda interesarle a ese segmento del público, y que parte del éxito obtenido por Sex and the City se debe a que en el cine y la televisión de hoy las historias sobre mujeres siguen siendo una rareza: "creo que hay millones de historias de mujeres que nos quedan por contar", afirma, y añade, "sinceramente, no creo que la edad de sus protagonistas sea importante. Por lo menos en mi caso, cuando leo un libro sobre una mujer, no me importa si tiene 60 ó 16. Tal como sucede con las historias de hombres, que han dominado la pantalla desde los comienzos del cine -incluso del cine mudo-, creo que las historias de mujeres son interesantes de por sí, sin importar la edad. Lo único que importa es que estén bien escritas".

Para ella es muy obvio que lo que distinguió a la serie y la convirtió en un éxito instantáneo fue que los guiones de Starr y Michael Patrick King, también director de las dos películas, nunca trataron a las mujeres como tontas ni brujas: "en los últimos años, en el cine se suele retratar a las mujeres como seres enfrentados, que se maltratan constantemente, se insultan, se ponen apodos a los que ya estamos prácticamente acostumbrados pero que yo encuentro bastante reprochables".

Lo curioso en Sex and the City 2 es que durante una buena parte de la película la acción se traslada de la característica Manhattan a Abu Dhabi, la asombrosa ciudad en los Emiratos árabes Unidos, a donde Samantha Jones (Kim Catrall) es invitada junto a sus amigas por un todopooderoso jeque árabe que las aloja en la mejor habitación del mejor hotel con todos los gastos pagos, hasta que la osadía de las mujeres occidentales termina metiéndolas en problemas.

Cuando le consultamos si ella y sus compañeras de reparto tuvieron que investigar sobre las costumbres de las mujeres árabes antes de comenzar a rodar esa parte de la película, Sarah Jessica explica que en realidad, lo mejor que podían hacer era no investigar nada para mostrarse tan sorprendidas como sus personajes: "el nuestro era un caso especial porque se suponía que no sabíamos nada acerca de estas mujeres: lo íbamos a descubrir todo observándolas", sostiene, para después agregar: "además, estábamos en Marruecos, no en Abu Dhabi o Dubai, y la cultura es bastante distinta... es cierto que sigue siendo una cultura musulmana pero las diferencias son evidentes.

Para Carrie, resulta un lente perfecto a través del cual podrá, quizás, encontrar una respuesta a los interrogantes que comienza a hacerse al principio de la película acerca de la tradición, cómo la definimos y la redefinimos, y cómo la definen otras mujeres que se encuentran en relaciones que asumieron por propia voluntad y deseo en el marco de instituciones convencionales. Creo que fue un enorme privilegio estar allí rodeada de todo tipo de mujeres y creo que Carrie siente lo mismo al final de la película: que acaba de vivir una experiencia increíblemente única e iluminadora".

WOMAN ON TOP

La tibia respuesta que ha tenido la segunda parte de Sex and the City en la taquilla norteamericana pone en duda si habrá o no un tercer filme, algo de lo que Sarah Jessica se negó a hablar durante nuestro encuentro. Independientemente si haya o no una tercera entrega, la actriz de 45 años confiesa que cuando fue convocada por Darrren Starr doce años atrás para participar del programa jamás imaginó como este transformaría su futuro: "cuando me senté a hablar con Darren en un pequeño restaurante en el East Side de Manhattan para discutir la posibilidad de que participara del piloto jamás imaginé que iba a experimentar todo lo que el programa me ha dado, pero yo creo que lo que ha logrado todo este milagro ha sido simplemente la calidad de los guiones. Es tan sencillo como eso. Cuando un personaje está bien escrito, la gente se conecta con él. Cuando un libro está bien escrito, los lectores se meten de lleno en la historia. Yo nunca imaginé que la gente se iba a conectar de esta manera con este mundo y con estos personajes".

Según Parker, parte de la magia tiene que ver con que primero Starr y luego Michael King han tratado de hablar de grandes temas a través de historias aparentemente simples: "en Sex and the City 2 el tema es la tradición y cómo las mujeres están tratando de redefinir sus roles aun cuando optan por una institución tradicional como el matrimonio. Es algo que se ve en todo el mundo pero me parece que no había un mejor sitio para tratar este tema que el Medio Oriente, en donde hay una cultura muy importante y a la vez un segmento muy grande de la población que sigue fielmente las tradiciones", dice la actriz, que recibió 15 millones de dólares por su participación en la saga.

DETRáS DE CáMARAS

Desde el momento que Sarah Jessica aceptó el papel de Carrie, su vida cambió para siempre. Sin imaginarlo, se volvió ícono de moda, rostro de cosméticos y perfumes y el perfecto ejemplo de la mujer moderna e independiente. Aunque todos saben quién es Carrie, pocos saben en realidad quién es Sarah Jessica. Y es que como ella misma asegura, "somos muy distintas, siempre lo he sido. Su vida es radicalmente diferente a la mía. A Carrie le encanta salir, la vida nocturna y no tiene responsabilidades, excepto cuidar de sí misma, por mucho que esté casada. Nosotros tenemos tres hijos y casi nunca salimos. Es más, ni nos interesa".

Casada desde 1997 con el también actor, Matthew Broderick, ella es muy celosa de su vida privada y es que como asegura, el secreto de su matrimonio es, "no ir hablando de eso por ahí para que nadie se haga una opinión acerca de tu relación. Yo no hablo de esas cosas".

Lo que todos saben es que la pareja tiene un niño, James, de 8 años, y dos niñas; Marion Loretta Elwell y Tabitha Hodge, las gemelas que el año pasado los hicieron padres nuevamente a través de un vientre de alquiler.

A sus 45 años, Sarah Jessica luce siempre espectacular, aunque insiste en decir que su secreto de belleza, "es un enorme equipo de maquilladores y peluqueros que me hacen parecer presentable en estas ocasiones. ésa es la verdad. Además, siempre uso protección solar y hago muchísimo ejercicio".

Su estilo de vestir es tema de las revistas de todo el planeta, marcando tendencia e inspirando a miles a experimentar nuevos looks. "Trato de ser excéntrica. Puede que a la gente no le guste, pero no puedes dejar que eso influya sobre la opinión que tienes sobre ti misma o serías una completa lunática".

Como ella misma asegura, ha cometido errores en lo que a moda se refiere, "y están muy bien documentados, aunque jamás miro mis fotos, ni las de hoy ni las de antes. Cuando tienes 20 años sientes cierta obsesión por tener el mismo look que el resto del mundo. Luego, te haces mayor y buscas ser independiente y distinguirte. Ojala pudieras darte cuenta de eso antes", finaliza la actriz, que se despide con la misma sonrisa radiante con la que comenzó nuestra charla.

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