Catalina Isabel tenía muy claro cómo quería que fuera el vestido que luciría durante su boda con Mario Enrique. Un día soñado, que ambos los llenaba con mucha ilusión y fue la diseñadora Gabriella Arango la que le dieron esa delicada tarea que sería el inicio de una boda con sabor amor.
La novia se inspiró en su diseño en la Basílica de Nuestra Señora y donde Catalina con quien siempre soñó en casarse. Su vestido una capa moderna y una faja de cristales de Swarovski y sin perder la tradición su espalda estaba cubierta de los 50 botones de la buena suerte. Su vestido tenía 6 yardas de largo y el velo fue una creación por Gabriella Arango. Para ese día Catalina lució unas bellas peinetas de cristal obsequio de la diseñadora que hacia una bella fusión con el romántico vestido.
Como manda la tradición la novia lucié unos aretes de zafiro y diamantes en caída en tono azul; sus zapatos estilo cenicienta plateados de la firma Jimmy Choo tenía incrustada una moneda con la leyenda "sixpence in her slipper" para su fortuna y por ultimo un delicado rosario en el ramo fue un obsequio de su suegra quien lo heredo de su madre Magaly Pinto Valle.
Ya lista, la novia partió acompañada de su padre Leonel López quienes se dirigieron a la basílica de Suyapa la cual lucia en todo su esplendor. Fue con la canción de Andrea Bocelli Vivo por ella que ingresá al Templo. Allí la esperaba un enamorado novio acompañado de su best man Yuri Melara y Daniel Frejie.
Fue el canciller de la iglesia Católica el Padre Carlos Magno y el sacerdote guatemalteco padre Juan Pablo Lobo, los encargados de la bella liturgia llena de mensajes y cánticos
En las primeras filas se encontraban los orgullosos progenitores: Mario y Suyapa Boquín; Leonel y Tina López; padrinos Augusto y Tania Pinto; Cesar y Rina Pinto; Manuel y Gracia López así como las hermanos de los novios Melissa Boquín; Jessica, Gabriela y Oswaldo Leonel López.
Durante la misa completamente cantada estuvo a cargo del coro de la iglesia y la mezzoprano Diana Santos y el tenor Eduardo Andonie. Al final los novios abandonaron la iglesia al sonido de la melodía Con te partiro Sartori/Quarantoto mientras recibían los aplausos de familiares e íntimos amigos.
