La Princesa quien vistió el traje tradicional japonés, Kimono ingresó a Presidencial entre una valla de honor formada por los cadetes de la Academia Militar Francisco Morazán y disfrutó de bailes del cuadro de danza criolla "Imágenes Catrachas", danza miskita "Miskitu Lilka" y el Ballet Nacional Garífuna.
Su Alteza Imperial de Japón, recorrió junto a la pareja presidencial los pasillos de la Casa de Gobierno donde conoció el trabajo de los artesanos hondureños que dedican su vida a pulir el barro y tallar el cuero.
En la velada se escuchó la melodía "Como yo conozco al mundo" al ritmo de un acordeón interpretado por Felipe Soto y las suaves notas de la Banda Sinfónica de la Juventud.
La cena de gala estuvo a cargo de los chefs Hideo Ishii de Japón, José Escalante y Jorge Varela, quienes a través de la diplomacia gastronómica entre ambos países utilizaron cada ingrediente como símbolo de unidad entre ambas culturas.
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El menú consistió en sushi japonés que fue complementado con sopa de caracol con machuca y jengibre al estilo de las costas hondureñas y cerdo relleno de loroco al puro estilo nipón se adornó con los "ticucos" típicos del departamento de Lempira.
La delegación de Japón también degustó un platillo con los mejores ingredientes del país consistente en pechugas de pato condimentado con cacao de la mosquitia hondureña, malanga de la costa norte con salsa tropical de maracuyá, acompañado de un mousse de chocolate blanco de la Biosfera del Río Plátano, dulce de rapadura, horchata y jarabe de limón entre otros platillos.
