La novia vestida en un romántico vestido, caminó hacia el altar donde la esperaba el novio con emoción para protagonizar la ceremonia.
Desde la primera fila, los padres de los novios Olga y Mario Mejía junto a JoAnne y Mark Duffy siguieron atentos a la ceremonia, que estuvo a cargo del párroco de la ermita.
Momentos más tarde, se trasladaron a playa Pristine Bay, en donde el sonido del mar y la fresca brisa le dio la bienvenida a todos los invitados que llegaron desde Tegucigalpa, Washington, Michigan y Chicago para unirse a la felicidad de los recién casados.
Para la ocasión Giselle Manzanares y Nolvia Mejía recrearon una atmósfera tradicional en donde imperaban los tonos blancos y dorados, complementados con arreglos de rosas blancas y violetas que perfumaban el ambiente.
Para su primer baile como esposos, Ana y Richard eligieron el tema You'll Accompany Me de Bob Sege.
La fiesta continuó hasta el amanecer con un baile tradicional garífuna. Casi al final de la celebración los novios se retiraron para descasar y luego partir a su luna de miel a la costa Amalfitana.
