Su ‘sí, quiero’ llegaba seis años después de que sus caminos se cruzaron por primera vez en la ciudad de Panamá durante una reunión en la finca de la familia Chinchilla Varela, donde se celebraba la fiesta de fin de año.
Después de un bello noviazgo llegó el día que Augusto, emocionado le pidió su mano: fue en las bellas playas de Coyolito, donde las olas y la fresca brisa fueron testigos de un “Sí quiero” que pronunció enamorada Sandra Mourra ante la alegría y emoción de iniciar una vida juntas.
Los meses pasaron volando y el sueño que Sandra Mourra había tenido una vez de niña de casarse con una de las temáticas más maravillosas del año, la Navidad, se hizo realidad. “Desde pequeña soñé que si me casaba sería así. En mi casa la Navidad era llena de alegría, felicidad, amor, cocinar, bailar y tomar”, dijo.
Y el gran día llegó. Sandra se decantó por un vestido rojo de noche, sin hombros, tipo parmele, con flores gigantes, falda corte A de la firma española Isabel Sanchís. La novia arribó emocionada a La Hacienda El Trapiche, donde la magia se apodero en cada uno de los rincones.
Los novios son hijos de Sandra Saybe de Mourra y Miguel Taufik Mourra (QDDG ), y Blanca Abrego de Varela y Augusto José Varela Clement (QDDG). En el enlace inolvidabletuvieron como madrinas a Aline Flores, Melissa Stefan, Gabriela Chinchilla, Beatriz Handal, Jacqueline Asfura, Vivian Mourra de Atala, Marcela Saybe y Diana Asfura de Mourra; como padrinos a José Mourra , José Portillo y Ramón Claros.
Fue la abogada Gilda Mariela Hidalgo quien los declaró marido y mujer ante la presencia de sus testigos, Toya Atala, Liliana Mourra, Yolanda Suazo, Lydia Díaz, Carolina Escobar y Gabriel Tejeira, así como familiares y amigos, para luego iniciar una divertida y colorida fiesta.
Todo estaba listo para iniciar la celebración; impresionantes centros de mesa con el rojo de pascua por protagonista, las guirnaldas, la mantelería y la cubertería con pigmentos dorados, las velas ofreciendo atmósferas cálidas, las bolas de cristal en tamaños pretendidamente llamativos y diferentes árboles de Navidad que le daban un toque único y lleno de encanto.
A las 12 de la noche llegó Santa Claus repartiendo sombrero, anteojos, pelos fluorescentes todo rojo y comenzaron los fuegos artificiales mientras en el fondo se escuchaba música navideña.
La fiesta continuó hasta el amanecer entre risas, selfies y brindis para luego los felices novios partieron a disfrutar su luna de miel por Paris y Madrid.
