Los amigos de siempre no podían faltar y por eso se unieron al festejo llevando consigo finos presentes para su especial amigo, quien esa noche estuvo de lo más consentido.
A medida que transcurrieron las horas el área social de la residencia se fue llenando de risas y amenas charlas.
Para la ocasión fue dispuesto un exquisito bufe que incluyo variedad de bocadillos y finas bebidas.
Casi a medianoche, el cielo se ilumino con un alegre show de luces artificiales en honor al cumpleañero, quien aprovecho la ocasión para agradecer a todos su presencia y por celebrar junto a él un año más de vida que Dios le regaló.
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