Seniors 2024
Detrás de cada movimiento social hay miles de actores, que en épocas y lugares diferentes, luchan por la causa en la que creen fervientemente. Nadie garantiza que verán los frutos de sus batallas, pueden pasar años hasta que surjan verdaderos cambios. Pero eso no ha sido un obstáculo para los verdaderos revolucionarios.
Basta con repasar la histórica lucha por los derechos políticos, sociales y económicos de las mujeres y niñas, que desde hace más de un siglo y medio vienen alzando su voz por un mundo igualitario, libre de violencia y discriminación. Esa es la premisa que hace eco cada 8 de marzo, cuando se conmemora a nivel global del Día Internacional de la Mujer, recordándonos sus derechos a igualdad laboral y salarial y a mejores condiciones de vida que les permitan participar en la sociedad, la economía, la política y en todos los ámbitos, en las mismas condiciones que los hombres.
Son muchas las historias que dieron lugar a esta conmemoración que se constituyó oficialmente en 1975, cuando la Organización de Las Naciones Unidas declaró el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
Para conocer su origen debemos trasladarnos al 8 de marzo de 1857, cuando en la ciudad de New York, centenares de mujeres trabajadoras de una fábrica textil se manifestaron en protesta por sus condiciones laborales. En el escenario de la Revolución Industrial, cuando las condiciones de los trabajadores eran muy difíciles en general, las llamadas garment workers se declararon en huelga y salieron a las calles demandando salarios más justos y condiciones laborales más humanas. Ganaban la mitad de lo que les pagaban a los hombres y trabajaban horarios extensos de doce horas.
Casi medio siglo después, en agosto de 1907, se realizó la primera Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Stuttgart, Alemania, liderada por Clara Zetkin, donde se fundó la Internacional Socialista de Mujeres, organización que tenía entre sus objetivos fortalecer la coordinación en el avance de la igualdad de género y en defensa de los derechos de las mujeres.
Pan y Rosas
El 8 de marzo de 1908, nuevas y aguerridas voces se levantaron cuando 15 mil mujeres se manifestaron exigiendo un recorte a la jornada laboral, mejores salarios y reclamar su derecho al voto. El crudo invierno que aún imperaba no restó ímpetu a aquellas mujeres congregadas bajo el slogan de “Pan y Rosas”. El pan como símbolo de la seguridad económica y las rosas como representación de una mejor calidad de vida.
Un año después, el 28 de febrero de 1909, se conmemoró el primer Día de la Mujer, de conformidad a una declaración del Partido Socialista de los Estados Unidos de América. Así, este evento se siguió celebrando el último domingo de cada mes de febrero hasta el año 1913. Miles de mujeres marcharon por la ciudad de Nueva York y Chicago reclamando condiciones laborales dignas y el derecho al voto.
Una tragedia sacudiría las bases de este movimiento, cambiando para siempre la historia de esta lucha. La fábrica de camisas Triangle Shirtwaist en New York se incendió la madrugada del 25 de marzo de 1911 con centenares de mujeres que trabajaban en el interior de aquel edificio de diez plantas y que no pudieron escapar de las llamas porque los propietarios habían bloqueado todos los accesos para evitar supuestos robos.
La cruda y dolorosa escena conmovió a la opinión pública. 146 mujeres murieron. Al no encontrar otra vía de escape, muchas de ellas saltaron por las ventanas del edificio resultando gravemente heridas o muriendo al estrellarse contra el suelo.
Como se informó, la mayoría de las víctimas eran jóvenes inmigrantes, de origen judío e italiano, que se ganaban precariamente la vida en la fábrica. El siniestro reveló las pésimas condiciones en las que trabajaban las obreras de Triangle, fábrica que ocupaba los pisos 8, 9 y 10 del edificio Asch, ubicado en la esquina de las calles Washington Place y Greene Street, en Manhattan.
La muerte de más de un centenar de mujeres no fue en vano. Tras la tragedia, las leyes estadounidenses comenzaron a realizar mejoras en la seguridad en el trabajo en el sector industrial y las condiciones en las que laboraban los obreros en general. Posteriormente, se creó el Sindicato Internacional de Mujeres Trabajadoras Textiles.
Simultáneamente, las iniciativas de la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas se tradujeron en la proclamación de un día para el reconocimiento de los derechos de las mujeres trabajadoras. Poco a poco, los movimientos feministas se extendieron a Europa y más países se unieron y comenzaron a conmemorar también el Día de la Mujer.
En 1975, las Naciones Unidas celebró por primera vez el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo, fecha en la que se realizan marchas y actividades en todo el planeta.
La causa sigue vigente y mujeres de diversas generaciones y nacionalidades se vuelcan en las calles, en las redes sociales o en diferentes plataformas, en la proclamación de sus derechos y en la verdadera lucha del 8M, como se conoce actualmente esta fecha conmemorativa. No se trata de un reclamo o un frente de batalla, es la oportunidad de honrar los logros alcanzados, pero también para reflexionar sobre las brechas de género que aún persisten y por las que todos debemos luchar por derribar.
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