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Adiós gobernador, bienvenido Terminator

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El actor deja el Gobierno de California y desde ya piensa volver a actuar.

04/ene 2011

    Ha sido el papel más largo de su vida y asegura que no habrá segunda parte. A sus 63 años, Arnold Schwarzenegger descarta seguir en la política activa a corto plazo. Dice que no tiene interés en el Senado y a la presidencia no puede presentarse ya que nació en Austria. Descartada la política, sus admiradores ya sueñan con verle enfundado en la chaqueta de cuero de Terminator o con el taparrabos de Conan. Según ha asegurado en numerosas entrevistas, Schwarzenegger está considerando regresar al cine si encuentra un guión adecuado.

    Pero su adiós como gobernador está rodeado de polémica. Y es que ni su partido, ni los pobladores de California se siente satisfechos con su legistación. Y cómo no, si su última decisión fue firmar la reducción de sentencia, de 16 a siete años, de Esteban Núñez, un reo que se había declarado culpable del homicidio de una mujer de 22 años en San Diego en 2008. Núñez es hijo de uno de los políticos más destacados del Partido Demócrata californiano, Fabián Núñez, que fue presidente de la Cámara de Representantes de aquel Estado entre 2004 y 2008, acabó literalmente con su carrera política. Asimismo, ha hecho oídos sordos a las críticas.

    Los republicanos le acusan de haber facilitado el regreso de los demócratas al Gobierno del Estado, en un año de grandes victorias republicanas en el resto del país. Calladamente, el actor ha favorecido medidas progresistas, como imponer límites a los gases contaminantes y a la tenencia de armas, y ha apostado por legalizar el matrimonio homosexual.

    Al fin y al cabo, Schwarzenegger está casado con una Kennedy: María Shriver, presentadora de televisión y sobrina de John Kennedy. Incluso el momento en que anunció su candidatura a las primarias republicanas de las elecciones de 2003 hizo bromas al respecto. Fue en el programa The Tonight Show: 'Fue la decisión más difícil que he tomado en toda mi vida. Bueno, a excepción de aquel día en que decidí depilarme las ingles en 1978'.

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