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Julio Iglesias enamoró a los hondureños

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El romanticismo y la coquetería reinaron en la gran noche del cantante español.

09/dic 2010

    Una noche excepcional y llena de romanticismo se vivió en Tegucigalpa. Fue el esperado regreso a Honduras de Julio Iglesias, quien se presentó en un concierto patrocinado por ESTILO y Conciertos Credomatic. El cantante llegó puntual a su cita. El reloj marcaba las ocho en punto cuando las luces del Coliseum se apagaron. Era señal que el espectáculo estaba a punto de comenzar. El público comenzó a gritar, en señal de bienvenida al ídolo. Le esperaban en el escenario, su banda y tres coristas. El artista, vestido con un suit negro, irrumpió en el escenario. Un corto saludo fue suficiente para ganarse a los presentes.

    El lugar lucía lleno. Y es que era la noche que por muchos años esperaron sus fanáticos, quizás un momento que nunca más volverá a repetirse. Rápidamente y sin mucho preámbulo, Julio comenzó a cantar. El intérprete hizo un largo viaje por sus grandes éxitos del ayer.

    Desde Manuella y Hey hasta La gota fría, que fue una de sus primeras interpretaciones en la noche y que puso a todos a bailar, fueron algunas de las canciones que incluyó en su repertorio. Fue justo en ese momento cuando interpretó el ballenato que una de sus coristas, de origen colombiano, se acercó a Julio y bailó junto a él. Aquello era un derroche de coquetería que terminó con un beso en la boca. La multitud enloqueció con el espectáculo. Apenas comenzaba la noche y Julio ya había conquistado al público.

    Inmediatamente terminó la canción y presentó a sus bailarines que le acompañarían en su siguiente interpretación. "Hoy están aquí los mejores bailarines de tango en la historia", dijo.

    Al finalizar con el tango, se sentó en un banquillo y dijo, "quisiera que escucháramos las canciones que tanto les gustaban a vuestros padres, aquí hay sed de juventud. Esta canción se la escribí a la tierra de mi padre: Un Canto a Galicia'.

    El público estaba completamente conectado con el artista. Coreaban al unísono cada uno de sus temas. échame a mi la culpa de lo que pase, Me olvidé de vivir, La Carretera, Me va, me va, me va. 'Todas se las saben', exclamaba muy emocionado el artista.

    Una de las más aplaudidas, sin duda, fue la canción que un día le dedicara a su hija Chábeli, De niña a mujer. Julio había llevado a todos a un viaje en el tiempo, a recordar las épocas memorables de su carrera.

    Era una noche romántica con algunos destellos tropicales y en donde no podía faltar su tema "El Amor" el cual presentó diciendo ‎'El verdadero amor es el que nunca esperamos, es el que desesperamos'.

    La adrenalina y la emoción estaban al tope. Sin embargo, aun había mucho más que dar. 'La primera canción que yo escribí en mi vida, sin saber que iba a ser cantante, creyendo que sería un mal portero del Madrid', dijo y seguidamente el sonido de los teclados anunciaban su canción La vida sigue igual. De repente el público estalló en emoción comenzó a gritar ¡¡¡Julio, Julio, Julio!!!. Una señal de silencio a sus músicos que los hace callar, mientras el intérprete disfruta de la ovación.

    Grandes éxitos en inglés como You are always in my mind no faltaron en su gran noche que despidió con un 'Volveremos Honduras!... Gracias presidente, gracias Honduras por esta noche'.

    Pero este no fue el final de su gran noche. Y es que ESTILO y Conciertos Credomatic prepararon un Meet&Greet con el artista en donde Julio compartió con sus fans, se tomó fotos y firmó autógrafos. Fueron escasos minutos que los presentes disfrutaron al máximo junto a este gran ídolo, una leyenda de la música en español.

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