Consejos para voluntarios en casos de tormentas o huracanes

Tomar la decisión de ser voluntario luego de un desastre natural es, en definitiva, un acto de admirar ya que no es fácil apoyar en esos momentos de crisis y es de valientes el animarse a ser un colaborador. Te contamos cuáles son algunos de los sentimientos a los que estarás expuesto y tips para sobrellevar de la mejor manera esta situación.

Como todo ser humano, al estar en contacto con víctimas de una catástrofe, es normal que te invadan diferentes emociones:

Tristeza: es totalmente entendible que al escuchar las historias de los damnificados y al ver todos los daños causados por el huracán te sientas devastado.

Enojo: este sentimiento viene en su mayoría de la indignación, el insuficiente socorro para las víctimas y la lenta recuperación de las situaciones suelen provocarla.

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Irritabilidad: el estrés de la situación suele provocar poca tolerancia hacia las cosas de menor importancia en esos momentos.

Vulnerabilidad: al ver el desastre provocado puede provocar un sentimiento de fragilidad.

Sentimiento de culpa: al haber sido afortunado de no sufrir daños por la tempestad es normal que te invada el sentimiento de culpabilidad.

Prepárate para tratar con diferentes reacciones ante la situación

Estos sentimientos también los encontrarás en las víctimas. Muchas de las personas a las que deseas auxiliar te recibirán con gratitud y amabilidad pero hay otro grupo que quizás por el shock del desastre reaccionen de maneras diferentes. El voluntario, al ser de los primeros contactos con los afectados, pueden ser los primeros en recibir esos sentimientos que muchas veces son ira y frustración.

¿Cómo manejar los sentimientos?

Es probable que tu mente esté preparada para ver escenarios fuertes en el desenvolvimiento de tu voluntariado luego de una catástrofe, sin embargo, te brindamos un par de consejos para sobrellevar la tarea de colaborador.

Cada quien tiene un límite

Cada individuo que decide ser voluntario en definitiva juega un papel fundamental dentro de la superación de la crisis pero es importante recordar que cada persona tiene diferentes habilidades las cuales son las que debe poner a disposición dentro de la ayuda. Conoce tu límite y la utilidad de tus acciones, no te sientas mal por no poder resolver todos los problemas que se presenten, lo que tú ofreces es necesario, concéntrate en tus fortalezas.

Date un respiro

La tarea de ser voluntario es hermosa pero no es sencilla, trata de ser consciente de que tú también te estás enfrentando a una situación de estrés, trata a los demás con amabilidad y fomenta el compañerismo entre los colaboradores.

Aliméntate bien

Para enfrentarse a estas jornadas de arduo trabajo es necesario que cuides tu alimentación, te hidrates bien, consumas alimentos que te den energía; deja de lado los malos hábitos como fumar y consumir bebidas alcohólicas y gaseosas, cuida tú sueño descansando las horas adecuadas y programa una rutina diaria.

No olvides expresar tus sentimientos

Las relaciones entre compañeros voluntarios es en definitiva un elemento importante, fomenta las buenas relaciones entre el grupo, busca compatibilidad con algún aliado para que al final del día puedas hablar y fortalecerse uno al otro. No olvides conectarte con su propia familia y amigos, llama de vez en cuando y expresarles como te sientes. El hablar libera.