Cuando no limpias tu rostro, el maquillaje puede causar resequedad, acné, manchas entre otros. Por eso a continuación te damos algunos consejos para desmaquillar tu piel, para lucir fresca y renovada.
1. Utiliza un removedor que se adapte a tu tipo de piel.
Ten en cuenta que cada piel es diferente. Utiliza una leche limpiadora si tu piel es seca o sensible, aplícala con la yema de los dedos y retira con un algodón. En caso de ser piel grasa utiliza un jabón limpiador que dejará tu piel fresca y solo te tardarás unos cuantos minutos. También puedes utilizar agua micelar que es perfecta para cualquier tipo de piel.
2. Toallitas desmaquillantes
Si no te gusta perder el tiempo utilizando productos líquidos esta es una excelente opción para ti. Este tipo de producto podrás encontrarlo en farmacias o supermercados. Es ideal para cualquier tipo de piel, pero debes tener cuidado ya que una no será suficiente, en especial si intentas remover maquillaje a prueba de agua.
3. Prueba un desmaquillante Bifásico
Si no deseas utilizar un removedor de aceite en toda tu cara, prueba a utilizar este tipo de desmaquillante que te servirá especialmente en aquellas zonas donde aplicas maquillaje a prueba de agua, por lo general en los ojos. Después puedes utilizar una toallita removedora para el resto de tu rostro.
4. Para pieles maduras un desmaquillante en crema
Este tipo de removedor es de uso fácil y rápido. Aplicas la crema por la noche en todo el rostro y la dejas actuar durante algunos minutos. Se retira como una mascarilla y deja tu piel suave, fresca y libre de maquillaje.
5. Remueve por zonas
Tu rostro tiene zonas más sensibles que otras. Ten cuidado especialmente en tus ojos ya que aquí se encuentra la piel más fina y sensible. Utiliza dos algodones o toallitas y divídelos entre tus ojos y el resto de tu rostro, de esta manera no estarás llevando maquillaje dentro de ellos u otras zonas que se encuentran todavía maquilladas.
Es importante seleccionar productos que vayan acorde a nuestra piel. Sin embargo, es esencial tener una rutina nocturna con un desmaquillante y una crema hidratadora que ayude a tu piel a mantener su brillo natural. Es mejor esforzarse por limpiar tu rostro en la noche que intentar ocultar imperfecciones generadas por no desmaquillarte a tiempo.