Este año viví una experiencia que jamás imaginé posible: escribí una novela de 334 páginas en tan solo tres semanas. Sí, leíste bien.... ¡tres semanas! Aunque suene intenso —y lo fue—descubrí que, con el enfoque adecuado, la inspiración correcta y una organización mínima, cualquiera puede hacerlo. Hoy quiero compartirte exactamente cómo lo logré y así inspirarte a que tú también des el paso.
Paso 1: Visualiza a tus personajes
Antes de escribir una sola palabra, necesitaba apreciar a mis personajes como si fueran reales. Si quería que el lector los percibiera vivos, primero tenía que sentirlos como mis amigos cercanos. Así nació mi tablero de inspiración y lo iba llenando a medida que mis protagonistas cobraban aspectos únicos e individuales que definían su personalidad.
Me cuestioné: ¿Cómo se vestirían? ¿Cómo lucirían? ¿Qué perfume usarán? Al visualizar estos detalles, sus penas y sus reacciones, mis personajes empezaron a cobrar vida. Ya no eran nombres en un papel: tenían estilo, sus propios gustos, energía.... y cuando eso ocurrió, llegó mi siguiente paso.
Paso 2: Explora melodías que revelan almas
Una vez que pude imaginarlos, me imaginé qué música escucharía cada uno. ¿Qué canciones los describirían? ¿Qué género representaría mejor su personalidad y calmaría su alma?
Así que terminé creando playlists para cada uno. Esto se convirtió en una herramienta creativa invaluable: cuando escribía escenas desde el punto de vista de cierto personaje, escuchaba su playlist para entrar en su mente. La música me hacía sentir sus emociones y me ayudaba a escribir con mayor fluidez, pasión y autenticidad.
Paso 3: Busca rumbo, no precisión
Con los personajes vivos y musicalizados, ahora era necesaria una guía. No un plan rígido, sino un camino. Abrí un documento en blanco y comencé a titular: Capítulo 1, Capítulo 2, Capítulo 3, y así.
Algunas descripciones de los capítulos eran simplemente una sola oración, la idea básica; otras eran de tres párrafos. No importaba. Lo que buscaba era tener una dirección general y comenzar a desarrollar una brújula creativa. Ese contorno fue suficiente para avanzar sin perderme, pero ofreciéndome flexibilidad para dejar espacio a la inspiración espontánea, ya que, a veces, la inspiración llega cuando menos la esperas.
Paso 4: Pon el corazón en cada página y sumérgete en tu mundo
Con todo preparado, lo único que quedaba era escribir... y lo hice disfrutando cada momento. Me sumergí por completo en el mundo que yo misma había creado, conviviendo con mis personajes como si fueran parte de mi vida diaria. Hubo días intensos, días ligeros y días de completa inmersión. Pero cada palabra valió la pena.
Con cada oración que brotaba de mi pluma, sentía un fuego encenderse dentro de mí. Después de tanto tiempo soñando con escribir mi novela, finalmente veía cómo las ideas abstractas en mi mente tomaban forma con palabras. En ese instante, no existía sensación más pura ni más intensa.
Escribir un libro en tres semanas requiere pasión, enfoque y sobre todo dejarse llevar. Si yo pude lograrlo, ¡tú también puedes! Solo necesitas crear tu propio mundo, escuchar a tus personajes con corazón abierto, darles estructura y, sobre todo, entregarte al placer de escribir, disfrutando cada instante del viaje creativo. Porque al final, escribir no es solo terminar un libro, es vivir dentro de la historia a la que estás dando vida.
¡No puedo esperar para compartir mi nueva novela con ustedes! ¡Estén atentos! Encuéntrame en Instagram como @stephanieanne.writes.