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Dinastía en piedra

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“En el camino (De Guatemala) a la ciudad de San Pedro, en el primer pueblo dentro de la provincia de Honduras, llamado Copán, hay ciertas ruinas y vestigios de una gran población y de soberbios edificios, de tal habilidad y esplendor, que parece que nunca pudieron haber sido construídos por los nativos…”

30/ago 2010

Legado de reyes, así describía don Diego García de Palacios las ruinas de la ciudad maya al Rey Felipe II de España, en su carta de 1576. Estas eran las primeras nuevas que llegaban al mundo sobre lo que quedaba de una gran ciudad precolombina en el occidente de Honduras. Las palabras de Palacios llamaron la atención de uno que otro osado aventurero, pero fue hasta 1839, cuando John Lloyd Stephens y Frederick Catherwood realizaron el ahora famoso viaje exploratorio a Copán, lo que marcó el despertar del interés por los mayas.

A partir de ahí, grandes nombres de la arqueología comenzaron a llegar, formando un ciclo de investigaciones que lleva ya más de cien años. Hoy, junto con los estudiosos, más de 150 mil visitantes anuales llegan al occidente de Honduras para apreciar las grandezas de la dinastía iniciada por Kinich Yax Kuk Mo. Por las tardes, cuando el sol baja y el viento suave aparece, es agradable sentarse bajo los gigantescos árboles frente a la Escalinata de los Jeroglíficos en Copán y soñar por un momento, con las vidas y obras de aquellos que construyeron esta gran ciudad.

HISTORIA DE UNA PEQUEÑA GRAN CIUDAD


El Puente. Escondido de las miradas, muy cerca de la ciudad de La Entrada, Copán, se encuentra el arque arqueológico El Puente. Una ciudad satélite construida alrededor del año 570 d.C. probablemente, por un grupo de inmigrantes de la élite de Copán. De acuerdo a las investigaciones realizadas por el Instituto Hondureño de Antropología e Historia y la Agencia de Cooperación Internacional del Japón, la ciudad tenía como objetivo muy posiblemente, controlar la ruta de intercambio comercial entre el Valle de Copán y el centro de Honduras. Con ello, la gran ciudad de Copán se aseguraba el suministro de materiales vitales; un comercio continuo que permitió a El Puente florecer durante cerca de tres largos siglos.

El sitio arqueológico fue visitado y reportado por vez primera, en 1935 por el explorador danés Jens Yde, quien además, realizó un mapa muy completo de las principales estructuras, con amplias descripciones. Aunque posteriormente siguieron otras expediciones internacionales, no fue hasta 1984, cuando el Dr. Seiichi Nakamura, encabezando un equipo honduro-japonés, comenzó las primeras investigaciones que dieron origen, diez años después, al parque.

El sitio arqueológico comprende 210 estructuras, de las cuales 14 ubicadas en el área del parque, han sido investigadas y restauradas hasta la fecha. Todas estas estructuras son muy interesantes, pero sin duda la que más llama la atención por sus dimensiones y altura, es la Estructura 1, también conocida como La Pirámide. Posiblemente, esta estructura era utilizada por el gobernante o personajes de la élite como templo funerario. Desafortunadamente, ha desaparecido el remate de la edifi cación y que consistía, sospechan los investigadores, en una habitación con techo abovedado. El Puente es un sitio perfecto para visitar y admirarse de la riqueza de los antiguos mayas. Es un parque pequeño, si se le compara con Copán, pero tiene un museo muy completo que permite al visitante, interpretar mejor el sitio y la grandeza del Mundo Maya.

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