Katy Perry o Beyoncé, está en las pestañas. El empresario francés Eugène Rimmel sabía de esa obsesión de las mujeres por unas pestañas largas y espesas, de ahí su fabuloso aporte al mundo de la belleza al crear en el siglo XIX la primera máscara.
Ahora, dispuestas a conseguir un efecto más efectivo que el de la máscara o más sutil y real que el de las postizas, surgen nuevas técnicas como la extensión de pestañas, que tal como explica la doctora Ninoska Díaz del Valle de Lash Boutique, no es más que la aplicación de pestañas individuales sobre el nacimiento de las tuyas, con un resultado de gran impacto.
"Con esta técnica se incrementa el grosor y llenas los espacios entre tus pestañas naturales sin dañarlas o arrancarlas", describe Díaz. Las extensiones están elaboradas de pelo real o sintético y los métodos de aplicación varian según las necesidades y formas de cada ojo.
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"Unas pestañas pueden cambiar totalmente la expresión de una mirada y alargar el ojo. En la primera aplicación están diseñadas para durar entre 3 a 4 semanas, tomando en cuenta el crecimiento natural y caída de la pestaña, pero si quieres mantener las extensiones de manera prolongada te puedes hacer un relleno mensual", dice la experta.
Durante el proceso, se aplican las pestañas de visión sintética, una por una, mediante un adhesivo que no se nota en lo más mínimo. Toma en cuenta que este es un proceso delicado, con muchos parámetros controlados por un experto certificado que debe garantizar los niveles de limpieza, esterilización, humedad y temperatura.
Después de la aplicación debes tomar ciertas medidas para garantizar buenos resultados. Durante las 24 horas posteriores a su aplicación no debes mojarlas ni realizar ningún esfuerzo que pueda dañarlas, después de ello podrás seguir tu rutina diaria desde ir a una piscina hasta hacer deporte sin preocuparte que se caigan.
