Los actuales imperativos de juventud, belleza y delgadez pueden hacernos perder el eje sino estamos convencidas de quiénes somos. ¿Qué ganamos si sentimos culpa por la talla, el peso o la altura? Esa inconformidad puede llevarnos a cometer disparates a la hora de elegir el atuendo y los accesorios según la edad, el tipo de cuerpo, la personalidad y/o el estilo de vida. Nada mejor que vernos de manera integral para aprender a aceptarnos. Te invito a que repasemos los desaciertos en los que podemos caer cuando elegimos mal.