Guía rápida para curar las quemaduras solares
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El sol, la playa, las vacaciones de verano... todo suena a plan perfecto hasta que tu piel te pasa la factura. Y es que, aunque amamos el bronceado dorado, un descuido bajo el sol puede terminar en enrojecimiento, ardor y hasta días de incomodidad. Pero tranquila: no todo está perdido. Con los cuidados adecuados, puedes sanar esas quemaduras solares y devolverle a tu piel su glow natural. ¿Lista para mimarte como te lo mereces? Aquí te contamos cómo hacerlo.
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Refresca tu piel de inmediato
Apenas notes que tu piel está roja o caliente, corre (literalmente) a darte un baño de agua fría o fresca. No uses jabones fuertes ni frotes tu piel. Solo deja que el agua haga su magia para bajar la temperatura.
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Hidratar, hidratar y... sí, hidratar
El after-sun debe ser tu mejor amigo. Opta por lociones que contengan aloe vera, ácido hialurónico o caléndula, que son súper calmantes. Aplícalo generosamente y repite cada que sientas molestias en la piel.
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Bye bye, maquillaje pesado
Durante los días de recuperación, menos es más. Evita el maquillaje, sobre todo bases densas o polvos. Deja que tu piel respire y se regenere sin obstáculos.
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Agua: tu mejor accesorio
Beber agua nunca había sido tan necesario. Las quemaduras solares deshidratan tu cuerpo y tu piel. Lleva contigo una botella de agua coqueta a donde vayas y recuerda tomar pequeños sorbos durante el día.
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No peles tu piel
¡Aunque sea tentador! Si tu piel comienza a pelarse, déjala. No arranques ni frotes, porque podrías generar cicatrices o infecciones. Mejor sigue hidratando y deja que el proceso natural siga su curso.
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Lecciones para la próxima
No salgas sin protector solar (mínimo SPF 50), retócalo cada 2 horas y busca la sombra siempre que puedas. Recuerda: brillar bajo el sol no significa quemarte.