Algunas historias de amor surgen inesperadamente, sorprendiendo, cautivando, dando mucho de qué hablar… El escenario; una de las ciudades más pobladas, complejas y maravillosas del mundo. Ella, ex embajadora de Honduras en México, con 34 años y seductora belleza. él, de 51 años, Jefe de Gobierno del DF y posible candidato a la presidencia.
Se conocieron en 2007 en un plan formal. Pero tendrían que pasar un par de años para que ambos, de nacionalidades y generaciones distintas y con dos divorcios en su haber, se dieran una tercera oportunidad para el amor. Un romance que desde que se hizo público, hace unas semanas atrás, causó conmoción en México y en Honduras, haciendo correr ríos de tinta en los medios y generando múltiples comentarios en las redes sociales.
Apenas una semana después de oficializar su relación, Rosalinda Bueso y Marcelo Ebrard se comprometieron durante una íntima reunión, en la que para sorpresa de sus familiares, anunciaron su matrimonio para octubre próximo. Toda esa aventura parecía lejana hace unos meses, cuando Rosalinda posó para las cámaras del talentoso Ricardo Rivera. No era la primera vez que nuestro fotógrafo capturaba en imágenes su esencia, su mirada intensa, su porte y elegancia, atributos que seguramente llamaron la atención de Marcelo cuando se encontraron por primera vez en un evento hace algunos años.
Un nuevo amor ya brillaba en sus ojos durante ese exclusivo photo shoot, en el que Rosalinda luce espectacular, envuelta en algunos de los modelos de la reciente colección del diseñador hondureño, Lutfi Jananía. Todo parece hecho a su medida, faldas maxi de acabados satinados, chaquetas de lino con ruffles, piezas que sacan el máximo provecho a su figura y acentúan su elegancia natural. Aunque la discreción es una de las señas de identidad de Rosalinda, ha sido difícil mantener la privacidad de su relación con uno de los hombres más públicos del Distrito Federal. Periódicos y revistas los llaman a diario solicitando una cita para hablar de su romance.
De ahí que no fue fácil coordinar nuestra entrevista, realizada justo unos días después que la pareja se comprometiera en matrimonio en una inesperada reunión en la Hacienda Temozón en Mérida. El escenario no pudo ser más romántico. Una majestuosa edificación ubicada en la zona Puuc Maya de la Península de Yucatán, que data del siglo XVII y que fue una de las haciendas más prósperas del sur de México. Ahí, donde el tiempo parece haberse detenido para siempre, Francisco y Rosalinda Bueso, padres de la novia, escucharon la petición de mano de Marcelo Ebrard.
En medio de esa atmósfera íntima y romántica de la hacienda Temozón, Marcelo dijo amar a Rosalinda y anunció su sorpresiva decisión de casarse en octubre próximo. La reducida lista de invitados a la reunión incluía además de los padres de la novia, a su hermano, sus dos hermanas, cuñados y un primo muy querido, que llegaron desde Honduras, así como a los hermanos
del novio. Ella, con un vestido sencillo en estampado de colores, recibió feliz el anillo que Marcelo, vestido en un traje beige, colocó en su dedo anular. Era la promesa de un matrimonio que ya se veía venir para algunos que piensan que se trata de algo muy conveniente, especialmente cuando Marcelo Ebrard Casaubón ha manifestado sus intenciones de lanzarse a la presidencia de la república como candidato del Partido de la Revolución Democrática.
Algo, que según manifestó Marcelo en una reciente entrevista a la revista mexicana Quién, "es muy opinable. Yo podría plantear lo opuesto; sé el soltero que muchas mujeres van a ver con simpatía, en vez de tener una pareja. No puedes tomar decisiones que tienen que ver con tu vida en función de la conveniencia inmediata en términos políticos, si así fuera, para qué me divorcio en enero", dijo Ebrard.
Lee la continuación de entrevista en el artículo Amor a la mexicana (III PARTE)