Hace justo dos años, en la cuaresma de 2023, descubrimos con admiración la muestra Catedrales de Honduras, que el arquitecto Rolando Ríos presentó en el Museo de la Basílica de Suyapa en Tegucigalpa.
Las delicadas acuarelas, en las que capturó en todo su esplendor la magia de icónicos templos de fe en diversos lugares de Honduras, cautivaron los sentidos del público. Aunque no era la primera vez que incursionaba en esa técnica, su evolución y fascinación por los detalles, sumado a su visión como arquitecto y vocación mariana, hicieron de esa exposición un evento memorable en su trayectoria.}

Desde entonces, Ríos ha continuado avanzando en su aprendizaje, creando composiciones luminosas en las que sus pinceladas sueltas y fluidas no dejan de sorprender. Su más reciente afición son los monumentos históricos, que van desde el Coliseo Romano, las Pirámides de Giza, El Partenón y el Arco del Triunfo hasta el Taj Mahal. Además, destacan acuarelas de edificios que esculpieron la estética del siglo XX como el Burj Al Arab en Dubai y el edificio Transamerica en San Francisco, California.

La pasión y el cuidado del pintor está a la vista en cada obra que nace en su estudio, donde habita la inspiración, la misma que no lo abandona desde aquella primera muestra denominada Ríos de Acuarelas en la Galería Clementina Suárez en 2018. Aún recuerda esas obras como un trabajo muy especial, “las defino como parte de un proceso de aprendizaje, un proceso creativo que me ha traído a los lugares donde ahora me encuentro”.
¿Qué lo inspira? El arquitecto Ríos no vacila en contestar: “un sentimiento en lo más profundo de mi ser, que va recorriendo mis memorias y mi disposición a pintar obras de diferentes índoles. Es como una iluminación que me viene de Dios y por eso pinto catedrales y edificios religiosos de diferentes partes del mundo”, dice.
Lugares que ha conocido, detalles que captan su atención, tonos vibrantes, sombras, imágenes que nos transportan...sus cuadros son una mezcla de lugares, recuerdos, momentos históricos y un toque de nostalgia.

Su formación y trayectoria en la arquitectura le permite tener otra perspectiva y brindarnos una visión renovada de lugares que quizás ya conocemos, de ahí que sus acuarelas sean tan particulares, “lo más esencial es la escala humana. Trato de que todos los edificios que pinto correspondan a su escala real, porque de esta manera mis acuarelas pueden identificarse con la obra arquitectónica en sí. Uso los colores que se necesitan para la obra que estoy pintando, no me inclino por tonos específicos, sino que utilizo la gama completa que va desde colores cálidos a fríos”.

Cada técnica diferente es un reto para Rolando, quien ya ha explorado el óleo previamente y quien más allá de retratos, tiene especial preferencia por pintar obras arquitectónicas en general, “haciendo hincapié en catedrales y obras religiosas, adonde se congregan las personas y forman parte del paisaje”.
Mientras van saliendo nuevas creaciones de su estudio, Ríos reflexiona sobre sus proyectos para 2025, “este es un Año Jubilar, que trae gracias, bendiciones y esperanzas. Mi proyecto para este año es preparar una exposición en armonía con estos conceptos”, dice con emoción.

Sobre el pintor
Rolando Ríos nació en Managua, Nicaragua y vive en Honduras desde 1979. Se graduó de arquitecto en la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM.
En su ejercicio profesional en Honduras, Nicaragua, México y Estados Unidos ha diseñado y construido edificios, urbanizaciones, residencias, iglesias, dos conventos de clausura y otras obras.
Es miembro del Club Rotario San Miguel de Heredia, de la Fundación Clementina Suárez y del Instituto Cultural Rubén Darío de Honduras.
En diciembre de 2018 hizo su primera exposición Ríos de Acuarelas en el Centro Cultural fundación Clementina Suárez, en Tegucigalpa. Acuarelas del Mundo, un grupo con más de 51,500 miembros, donde tiene la distinción de ser Administrador, le ha publicado más de 50 de sus obras, que han sido vistas internacionalmente.
En febrero de 2023 presentó la exposición titulada las “Catedrales de Honduras” en el Museo de la Basílica de Suyapa compuesta por una colección de 20 obras que pintó como un tributo y agradecimiento a este país que le acogió desde hace 45 años y le permitió formar a su familia.