Después de meses de preparativos para asegurar que cada detalle estuviera impecable, finalmente llegó el gran día en que los sueños de Alejandra María Zúñiga Peña y Gabriel Eduardo Sierra Kivett se convirtieron en realidad.
Como manda la tradición, el primero en llegar a la Basílica Nuestra Señora de Suyapa fue el novio, acompañado de su madre, Michelle Kivett Varela. Ambos saludaron con emoción a los invitados y amigos que los acompañaron en este viaje tan especial.
Alejandra estaba espléndida, era la viva imagen de la felicidad. Con un delicado moño suelto y un vestido blanco diseñado por su madre, Libia Peña Maglioni, irradiaba elegancia y ternura.
Minutos más tarde, con paso firme y una mirada llena de complicidad, la novia caminó tomada del brazo de su padre, Ramón Antonio Zúñiga Urquía, hasta el altar de la Basílica, donde la esperaba un emocionado Gabriel.
Durante la emotiva ceremonia, los padres y padrinos de los novios —Ramón Antonio Zúñiga Urquía y Libia Peña Maglioni; Carlos Eduardo Sierra Chinchilla y Michelle Kivett; René Williams, Gabriela Rodríguez, Carlos Mejía y Elisa Canahuati—, así como los invitados, no podían ocultar su alegría de ser parte de un momento tan significativo.
A lo largo de la ceremonia, Alejandra y Gabriel compartieron miradas llenas de amor y complicidad, reflejando la profunda conexión que los une. Intercambiaron sus votos en presencia del padre Carlos Magno, quien bendijo su unión ante familiares y amigos.
Ya convertidos en marido y mujer, abordaron un automóvil antiguo y se dirigieron a El Trapiche, lugar que, por unas horas, se transformó en un bosque encantado. Luces, música y detalles mágicos crearon el escenario perfecto para una noche inolvidable. Los recién casados ingresaron a la recepción al ritmo de “Pride (In the Name of Love)” de U2, creando un instante íntimo que emocionó a todos los presentes.
Uno de los momentos más conmovedores de la noche fue el discurso de Ramón Zúñiga, padre de la novia, quien con palabras sinceras expresó su amor y orgullo hacia su hija y su yerno, dejando a muchos con los ojos llenos de lágrimas.
La celebración continuó hasta el amanecer, con la música de DJ Jeff, Amber y Los Catrines, que pusieron a todos a bailar y cantar sin parar.
Como broche de oro a esta historia de amor, Alejandra y Gabriel hicieron sus maletas y partieron a Hawái, donde comenzaron su luna de miel llena de romance, paisajes espectaculares y nuevas aventuras. Así, inició el primer capítulo de su vida como esposos.
