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La toma de posesión de Porfirio Lobo Sosa

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Todos los detalles e imágenes del evento.

24/ene 2014

Eran las siete de la mañana y en el estadio nacional Tiburcio Carías Andino se vivía una fiesta cívica.

En el interior, decenas de invitados espe­ciales comenzaron a llegar para ser partícipes del traspaso de mando de Porfirio Lobo Sosa, el noveno presidente constitucional de la República.

Los primeros en llegar fueron los alcaldes municipales de todo el país, cuya comitiva estaba encabezada por el edil de Tegucigalpa, Ricardo álvarez, quien rompiendo el protocolo, vistió de forma casual, al igual que sus homólogos.

Para esa importante celebración, el estadio nacional experimentó una reconstrucción total en algunos de sus sectores. En diferentes áreas se instalaron pantallas plasma para que los pre­sentes pudieran visualizar cada detalle de lo que ocurría sobre el escenario.

Sobre la pista, se instalaron tres tarimas destinadas a recibir a los invitados de honor, diputados y ministros. La estruc­tura, con capacidad para más de 350 personas, fue diseñada por el arquitecto Luis Rivera, con la colaboración de los ingenieros Jorge Corletto y Alejandro Barahona.

Cada tarima estaba cubierta por toldos y decorada con lienzos blan­cos. En el área VIP, y desde lo más alto, imperaba el azul y blanco, evocando los colores de la Bandera Nacional. Al fondo se visualizaba un imponente mural, representando el juego de pelota Maya en Copán, junto a un collage de rostros.

De acuerdo a los organizadores, la idea de la imagen era recrear nuestras raíces mayas, sin olvidar el objetivo de unidad que busca el nuevo gobierno.

Símbolos como el Escudo Nacional, fueron colocados en la parte central del estrado presidencial. El escenario completo fue decorado con nueve tipos de palmeras y otras plantas tropicales propias de nuestro país. La encargada de la decoración fue Judith Bobadilla, quien colocó jardineras en ascenso y de forma escalonada en cada uno de los estrados, además de figuras de estelas mayas. Bordeando las graderías, enormes jarrones lencas con arreglos compuestos por ramas, orquídeas bras­savola digbiana, mano de león, follaje y hojas de limonaria, ofrecían la bien­venida a los invitados, quienes pudieron disfrutar, como un recuerdo de ese día especial, habanos elaborados a mano en el momento por artesanos hondureños. En la cafetería, transformada para la ocasión en un moderno salón lounge, se sirvió un menú de bocadillos propios de la gastronomía hondureña.

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