"Me atacó un perro. Fui atacado por mi Mastín Inglés cuando tenía seis años. Me abrió un agujero en la cara, así que podías ver mis dientes, mis encías y hasta mi lengua del otro lado. Era un agujero enorme", relató el joven.
Aunque muchas personas odiarían a su mascota por atacarlos de esa manera, Centineo no le guarda rencor a su perro, a pesar que tenía una corta edad, él entendía que el can lo hizo de una forma de defensa.
"El perro no sabía lo que hacía. Lo recuerdo específicamente embistiendo, yo siendo alejado de él, y luego lo vi metiendo su cabeza como si no entendiera realmente lo que había pasado. Algunas personas decían, ‘¿Quieres dormir al perro?’ y yo lloraba y decía ‘No, él no quiso hacerlo'", expresó Centineo.