La hora de celebrar en Mónaco llegó. Por fin, los fashionistas, royalties y celebrities han sacados sus mejores outfits para la gran celebración en Mónaco. Las invitadas, incluyendo la novia lucen vestidos largos.
Se trata de la cena que se ha ofrecido después de la boda. Su Alteza Serenísima la Princesa de Mónaco, ha escogido otro vestido blanco mucho más cómodo, con pedrerías y varios volantes. Un modelo muy sencillo que a pesar de ser elegante y sofisticado, se quedó corto para lo que se esperaba, despues de verla brillar con un diseño de Armani. Carlota llevaba un diseño de Chanel, vestido palabra de honor en azul cielo con capa a tono, recordaba a los que llevó su abuela Grace Kelly en su época dorada de Hollywood. Por su parte, la princesa Estefanía ha llevado un vestido plateado de tirante fino y ceñido al cuerpo
Por su parte, Victoria de Suecia aparecía así de espectacular con este vestido asimétrico rosa y gris, ajustado a la cintura, y combinado con un bolsito en rosa. La tiara preciosa. Su hermana Magdalena de Suecia no se quedó atrás en belleza y estilo con un precioso vestido drapeado y con flores superpuestas, entre gris y azul, de escote palabra de honor. Como complementos, además de la tiara de brillantes, un bolso sobre plateado.
Y mientras los invitados van llegando uno a uno, la cena oficial esta lista. El prestigioso chef Alain Ducasse contó con la ayuda de 350 personas. Su menú lo degustaran alrededor de 450 invitados, se sirvió en las terrazas de la Casa de la ópera Garnier y ha sido preparado en las cocinas de Luis XV en el Hotel de París. Previo al enlace, el prestigioso chef aseguró que la tarta nupcial sería coronada por la protea, la flor nacional de Sudáfrica. Y es que, durante estos tres días de celebraciones, no han faltado las alusiones a la tierra natal de la novia. 'El 95 por ciento de los alimentos y bebidas que se servirá en la cena nupcial se produce en un radio de 10 kilómetros', reveló Ducasse y añadió: 'Se hará una excepción con unas gambas procedentes de la Riviera italiana y un vino muy agradable de Sudáfrica'. Cabe mencionar que Charlene y Alberto eligieron un menú acorde a sus gustos y preferencias, pero la princesa de Mónaco le dijo a Alain Ducasse que prefería que no sirviera 'foie gras'.
Antes de la medianoche, todos los invitados se reuniron en la terraza para ver un espectáculo de fuegos artificiales y, a continuación, dio comienzo el baile en el interior, la Sala de la ópera. Los recién casados le confiaron la creación de los fuegos artificiales de la empresa Jacques Couturier, que ha colaborado en numerosas celebraciones en Mónaco, mientras tanto los invitados disfrutaron al son de 'The Streets of Philadelphia' y 'áfrica' de Johnny Clegg.
