Su dedicación y preocupación por mostrar la verdad ha sido la pieza clave para admirarla, ha estado en el crematorio, hospitales, barrios y orfanatos, con el objetivo de darle una voz a los que no son escuchados.
En 2015 fue nombrada por la revista Forbes México como una de las 50 mujeres más poderosas de Centro América junto a otras 7 hondureñas. Un año después en 2016 recibió un reconocimiento por parte de la Confraternidad Evangélica, por sus aportes al país.
Annamaría afirma que si las mujeres tienen un sueño ''no debemos perder el tiempo pensando que hay debilidad de género o diferencias de oportunidades. Tenemos que tener la fortaleza, -no importa quienes seamos, ni la edad que tengamos- de conseguir lo que deseamos. Hay que proponerse metas y ser perseverantes para que lo podamos lograr.