Hollywood vuelve a estar en el centro del escándalo, y esta vez el drama no es parte del guion. Blake Lively sorprendió al mundo legal y del espectáculo al retirar dos de sus demandas por angustia emocional contra su coprotagonista en It Ends With Us, el actor y director Justin Baldoni. La decisión ha levantado nuevas preguntas, tensiones y estrategias de ambas partes en un caso que no deja de escalar.
¿Por qué Blake está retirando parte del caso?
La estrella de Gossip Girl pidió oficialmente desestimar las acusaciones de inflicción intencional y negligente de angustia emocional. Sin embargo, su equipo legal dejó claro que esta acción es “sin perjuicio”, lo que significa que Lively puede volver a presentar esas demandas más adelante si lo considera necesario.
Según fuentes cercanas al caso, esta maniobra legal busca simplificar el proceso y concentrarse en las otras acusaciones, que incluyen acoso sexual y represalias. No obstante, los abogados de Baldoni no se quedaron de brazos cruzados. Exigen que el retiro de las demandas sea “con perjuicio”, lo que impediría que Lively las reactive en el futuro. Alegan que la actriz intenta evitar revelar sus registros médicos y de salud mental, los cuales consideran esenciales para defenderse.
Un conflicto que se sigue intensificando
Aunque dos de las acusaciones ya no están sobre la mesa (por ahora), el caso continúa su curso con más fuerza que nunca. Baldoni respondió con una contrademanda multimillonaria de $400 millones, acusando a Blake, a su esposo Ryan Reynolds y a su publicista de extorsión y difamación. Como si fuera poco, también emprendió acciones legales contra el New York Times, exigiendo $250 millones por publicaciones que, según él, son falsas y manipuladas.
El juicio está programado para marzo de 2026, y uno de los puntos más esperados será la decisión judicial sobre si Blake debe entregar o no sus historiales médicos como parte del proceso.
El caso Lively-Baldoni está dejando ver no solo las complejidades de las disputas legales en la industria del entretenimiento, sino también los límites entre lo personal, lo profesional y lo mediático. Si algo ha quedado claro, es que este conflicto va más allá de una película. Y mientras los equipos legales se preparan para el juicio del año, Hollywood y el mundo siguen atentos a cada movimiento.
