Kim, Khloé y Kourtney fueron captadas por los paparazzis cuando llegaban a desayunar a un restaurante en Sherman Oaks y, como es costumbre, lucieron outfits muy atrevidos.

Kim y Khloé apostaron por looks que definieron su silueta a la perfección. La esposa de Kanye West presumió su figura en unos pants deportivos combinado con un top con un revelador escote, mientras que Khloé, vistió un ajustado vestido negro que dejó en evidencia que su disciplina en la alimentación y el ejercicio ha rendido frutos.

Un poco más discreta, Kourtney que salió luciendo unos jeans y un top rojo mientras caminaba frente a los fotógrafos, acompañada por su hija Penélope.
No cabe duda de que las Kardashian saben cómo acaparar los reflectores, en ello radica el éxito y la fortuna que han alcanzado en pocos años.