Máxima vistió un modelo azul real del diseñador holandés, Jan Taminiau y la Gran Tiara de Zafiros que perteneció a la reina Emma.
Ella brilló como la reina consorte en que se ha convertido. Para la esperada entronización, Máxima eligió un vestido en royal blue con encaje y discreto brillo de pedrería del diseñador holandés Jan Taminiau, uno de sus favoritos, y la Gran Tiara de Zafiros que perteneció a la Reina Emma. La tiara, que fue un regalo del rey Guillermo III a su esposa, la reina Emma, en 1881, tiene 31 zafiros y 655 diamantes.
El azul royal, que además es uno de los tonos de la bandera holandesa, fue también el color que llevaron la princesa Beatriz y sus nietas, Amalia, Alexia y Ariane.
Mientras, el rey Guillermo vistió, en lugar del tradicional uniforme militar, un frac, chaleco blanco y moño luciendo un manto real de armiño, el mismo que usó su madre en 1980 para su entronización.
Máxima es una fiel seguidora de las tonalidades fuertes y la gama de beiges. En su armario predominan los vestidos sobre la rodilla, extravagantes tocados de Philip Treacy, Fabienne Deleveigne y la argentina Laura Notinger, así como elegantes modelos drapeados y de escotes strapless firmados por Valentino, Jan Taminiau. Los jeans eran algunas de sus prendas favoritas, sin embargo, ya no podrá usarlos por cuestiones de protocolo.
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