La primera dama estadounidense, Michelle Obama, abrió las puertas de la Casa Blanca a la prensa para mostrar la decoración navideña que ha transformado la residencia del presidente más poderoso del planeta.
Según explicó, este año decidieron decorar la residencia bajo el lema Regalos Simples, "hemos elegido este lema porque al final, las mayores bendiciones de todas son las que no cuestan dinero: el tiempo que pasamos con nuestros seres queridos, las libertades que disfrutamos como estadounidenses y la alegría que sentimos cuando ayudamos a quienes lo necesitan".
En el recorrido se mostró orgullosa de los 19 árboles temáticos que se han colocado en las diferentes estancias. Uno dedicado a las Fuerzas Armadas, por iniciativa de Deborah Mullen, esposa del Jefe del Estado Mayor; otro infantil, decorado con galletas de jengibre que Michelle preparó junto al pastelero de la Casa Blanca y un grupo de niños, hijos de militares.
El más imponente es sin duda el abeto oficial, que este año mide 5,6 metros de altura y domina la Sala Azul. Este árbol está decorado con esferas y lazos de color azul y dorado, que rinden homenaje a todos los estados del país.
Un detalle original que llamó la atención de todos es la constante imagen de Bo, el perro de los Obama, del que se han hecho varias figuras. La que más ha llamado la atención ha sido una a tamaño real, fabricada con 40 mil limpiadores de pipas de color blanco y negro. El simpático perro de aguas portugués también aparece en la reproducción de la Casa Blanca, de 160 kilos, hecha de pan de jengibre y chocolate y que ocupa un lugar especial en la estancia.
Guirnaldas, centros de mesa y otros motivos navideños elaborados con calabacines, alcachofas, hojas de revistas, madera y hojas de árboles, entre otros materiales reciclables, imperan en la Casa Blanca, que de acuerdo a Michelle Obama, este año "luce más bonita que el año pasado".
