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El 10 de abril, la industria de la moda fue sacudida con una noticia histórica: Prada anunció la adquisición de Versace por 1,25 mil millones de euros. Esta fusión entre dos de los nombres más emblemáticos del lujo italiano no solo marca un cambio estratégico en el mercado, sino que promete transformar el panorama del diseño y la alta costura a nivel mundial.
Una jugada estratégica frente a los gigantes del lujo
Con esta adquisición, Prada busca fortalecer su posición en un mercado dominado por conglomerados como LVMH y Kering. Según Andrea Guerra, CEO de Prada Group, la unión pretende crear “un nuevo referente del lujo contemporáneo”, celebrando la herencia italiana sin renunciar a la innovación.
La operación también es vista como un movimiento audaz para preservar el control de marcas icónicas en manos italianas, evitando caer en manos de grandes corporaciones extranjeras.
Donatella Versace abandona el mando creativo
Fundada en 1978 por Gianni Versace junto a su hermano Santo, la casa italiana se convirtió en sinónimo de lujo exuberante y provocación estética. En marzo, como un preludio a la adquisición que hoy es oficial, Versace nombró a Dario Vitale, ex talento creativo de Miu Miu,c omo su nuevo director creativo.Vitale sucede a Donatella Versace, quien asumió el mando creativo en 1997 tras la trágica muerte de su hermano, y que desde entonces había sido el alma y rostro de la marca.
La moda italiana escribe así un nuevo capítulo: uno donde la tradición, el poder creativo y la estrategia de mercado se entrelazan para conquistar el futuro.
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