Sobrios y muy elegantes. Así son los ‘souvenirs’ oficiales creados con motivo de la boda de Alberto y Charlene Wittstock. Lo que ha predominado de estos recuerdos ha sido la sencillez y el resultado son estos platos, bandejas, tazas, velas y abanicos elaborados con sumo gusto para tan importante ocasión.
Las piezas de porcelana han sido creadas por la prestigiosa empresa familiar Revol, conocida por su porcelana de lujo, que aporta un toque elitista y de glamour a estos ‘souvenirs’. También se han elaborado copas de champán y llaveros de los que cuelgan las iniciales de Alberto y Charlene, un corazón y una corona. El artículo más llamativo es una vela y el más práctico, un abanico.
El recuerdo más económico es una moneda con los rostros de los novios y otro detalle un llavero de diamentes y rubíes. Aún así, esta pieza tiene su versión más modesta elaborada en plata a un precio de 90 euros.
Además, la pastelería francesa Ladurée ha elaborado unos macarons en honor de la pareja.La mitad de estos pastelitos, elaborados con clara de huevo, almendra molida y azúcar, están rellenos de guayaba y la otra mitad de frambuesa. Dos sabores y colores que simbolizan la unión entre Mónaco y Sudáfrica, el país de origen de la novia.
Otro recuerdo conmemorativo son los sellos emitidos con su rostro. Lo último con lo que nos han sorprendido los novios reales es con un libro virtual publicado en Facebook en el que los ciudadanos, a modo de comentario, pueden enviar sus mejores deseos a la pareja. Una vez convertidos en marido y mujer, esos comentarios se reflejarán físicamente en el libro que pasará a ser propiedad de los soberanos monegascos.