Vestido con un pantalón rojo, una camisa blanca con rayas azules y zapatos deportivos blancos -en perfecta sintonía con su logo-, el diseñador de 65 años charló con AFP sobre la evolución de su marca y su libro de memorias 'American Dreamer', en el marco de la Feria del Libro del Miami Dade College.
PREGUNTA: Uno de los puntos de inflexión de la marca Tommy Hilfiger ocurrió en los años 1990, cuando artistas del hip hop comenzaron a usar su ropa.
RESPUESTA: Sí, comencé a producir ropa de tipo atlético, con grandes números y logos enormes, y los raperos comenzaron a usarla. Snoop Dogg, Puff Daddy, Jay Z. El negocio creció mucho por eso, hasta que la marca se volvió demasiado grande.
Lo que ocurre en estos casos es que, cuando todo el mundo usa lo mismo, los primeros usuarios ya no lo quieren más porque lo ven en todas partes. Es lo que ocurrió recientemente a Abercrombie & Fitch e incluso a Gap.
Así que tuvimos que reinventarnos hasta que el negocio se disparó de nuevo.
P: También por esos años circuló un rumor según el cual usted había dicho a Oprah Winfrey que su ropa no estaba pensada para ser llevada por las minorías. ¿Cómo le afectó?
R: Es una mentira, es falso, fue algo hecho para hacerme daño a mí y a mi negocio. Habían dicho que yo, en el programa de Oprah Winfrey, dije que de haber sabido que las personas de color iban a usar mi ropa, no me habría vuelto diseñador.
Pero el negocio siguió siendo firme y los números no se vieron afectados, aunque me hizo mucho daño en lo personal. ¡Yo nunca habría producido ropa accesible para todos si no hubiera querido que todos usaran mi ropa!
P: Cuéntenos de sus inicios, cuando fundó la pequeña tienda 'People's Place' en el norte del estado de Nueva York.
R: Cuando era adolescente no sabía qué hacer con mi vida. Me gustaban el rock y la ropa que usaban los roqueros, y abrí una pequeña tienda con 150 dólares que había ganado trabajando en una estación de gasolina.
Comencé con 20 pares de jeans en una tienda pequeña y luego me expandí a los campus universitarios.
Era 1969, cuando tenía lugar una revolución de la moda y de la música. Era el verano de Woodstock, de Jimmy Hendrix y The Who. Y todos estos músicos usaban ropas increíbles: pantalones bajos, cintas en la cabeza, collares de cuentas... Era la moda hippie. Y yo quise ser parte de ese movimiento.
P: ¿Y cuándo evolucionó de ese estilo hippie al clásico americano actual?
R: Hacia principios de los años '80, porque quería crear ropa que todos pudieran usar. Sabía que si rediseñaba los clásicos americanos y los volvía clásicos nuevos, haría un gran negocio y al mismo tiempo me divertiría mucho.
Así que elegí este estilo con el que crecí, de camisas de botones y pantalones de pinzas, deportivo, casual, y lo rediseñé para volverlo nuevo y fresco.
P: Pero su gran momento no llegó hasta 1986, gracias a un cartel luminoso que lo dio a conocer.
R: Sí. No tenía dinero para hacer publicidad, pero conocí al genio de George Lois, que me dijo: 'Si publicitas de la misma manera que hacen los demás en la industria de la moda, te tomará 20 años construir una marca. Tienes que hacer algo diferente, perturbador, fuera del molde'. Y su idea fue compararme a mí, un desconocido, con tres grandes diseñadores del momento: Ralph Lauren, Calvin Klein y Perry Ellis.
Cuando instalaron el cartel en el Time Square de Nueva York, ponía una lista de 'Los cuatro grandes diseñadores estadounidenses', y yo era el cuarto. La gente decía: '¿Quién es este tipo?'; '¿Quién se cree que es?'; y luego: '¿Por cierto, cómo es su ropa?'. Y todos fueron a ver mi ropa.
Hay que romper el molde, hacer algo distinto. Sólo así se consigue el éxito.
PREGUNTA: Uno de los puntos de inflexión de la marca Tommy Hilfiger ocurrió en los años 1990, cuando artistas del hip hop comenzaron a usar su ropa.
RESPUESTA: Sí, comencé a producir ropa de tipo atlético, con grandes números y logos enormes, y los raperos comenzaron a usarla. Snoop Dogg, Puff Daddy, Jay Z. El negocio creció mucho por eso, hasta que la marca se volvió demasiado grande.
Lo que ocurre en estos casos es que, cuando todo el mundo usa lo mismo, los primeros usuarios ya no lo quieren más porque lo ven en todas partes. Es lo que ocurrió recientemente a Abercrombie & Fitch e incluso a Gap.
Así que tuvimos que reinventarnos hasta que el negocio se disparó de nuevo.
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El diseñador eligió a Gigi Hadid como colaboradora en su última colección TommyxGigi
P: También por esos años circuló un rumor según el cual usted había dicho a Oprah Winfrey que su ropa no estaba pensada para ser llevada por las minorías. ¿Cómo le afectó?
R: Es una mentira, es falso, fue algo hecho para hacerme daño a mí y a mi negocio. Habían dicho que yo, en el programa de Oprah Winfrey, dije que de haber sabido que las personas de color iban a usar mi ropa, no me habría vuelto diseñador.
Pero el negocio siguió siendo firme y los números no se vieron afectados, aunque me hizo mucho daño en lo personal. ¡Yo nunca habría producido ropa accesible para todos si no hubiera querido que todos usaran mi ropa!
P: Cuéntenos de sus inicios, cuando fundó la pequeña tienda 'People's Place' en el norte del estado de Nueva York.
R: Cuando era adolescente no sabía qué hacer con mi vida. Me gustaban el rock y la ropa que usaban los roqueros, y abrí una pequeña tienda con 150 dólares que había ganado trabajando en una estación de gasolina.
Comencé con 20 pares de jeans en una tienda pequeña y luego me expandí a los campus universitarios.
Era 1969, cuando tenía lugar una revolución de la moda y de la música. Era el verano de Woodstock, de Jimmy Hendrix y The Who. Y todos estos músicos usaban ropas increíbles: pantalones bajos, cintas en la cabeza, collares de cuentas... Era la moda hippie. Y yo quise ser parte de ese movimiento.
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Gigi Hadid ha sido la clave de Tommy Hilfiger para reconquistar al público Millenial
P: ¿Y cuándo evolucionó de ese estilo hippie al clásico americano actual?
R: Hacia principios de los años '80, porque quería crear ropa que todos pudieran usar. Sabía que si rediseñaba los clásicos americanos y los volvía clásicos nuevos, haría un gran negocio y al mismo tiempo me divertiría mucho.
Así que elegí este estilo con el que crecí, de camisas de botones y pantalones de pinzas, deportivo, casual, y lo rediseñé para volverlo nuevo y fresco.
P: Pero su gran momento no llegó hasta 1986, gracias a un cartel luminoso que lo dio a conocer.
R: Sí. No tenía dinero para hacer publicidad, pero conocí al genio de George Lois, que me dijo: 'Si publicitas de la misma manera que hacen los demás en la industria de la moda, te tomará 20 años construir una marca. Tienes que hacer algo diferente, perturbador, fuera del molde'. Y su idea fue compararme a mí, un desconocido, con tres grandes diseñadores del momento: Ralph Lauren, Calvin Klein y Perry Ellis.
Cuando instalaron el cartel en el Time Square de Nueva York, ponía una lista de 'Los cuatro grandes diseñadores estadounidenses', y yo era el cuarto. La gente decía: '¿Quién es este tipo?'; '¿Quién se cree que es?'; y luego: '¿Por cierto, cómo es su ropa?'. Y todos fueron a ver mi ropa.
Hay que romper el molde, hacer algo distinto. Sólo así se consigue el éxito.
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