Guía para iniciar en el gym y no morir en el intento
Ir al gym puede llegar a ser intimidante y desafiante, ¡pero no te preocupes! En esta miniguía descubrirás los mejores consejos para que no solo empieces tu gym era, sino que también mantengas tu disciplina y logres cumplir tus objetivos de una manera efectiva.
Set some goals:
Una meta grande está compuesta de metas a corto plazo, así que no inicies con algo alocado; intenta establecerte metas pequeñas cada semana, como levantar cierto peso, caminar 10 minutos más o saludar a tu gym crush. Tener metas a corto plazo te dará ese empujoncito que necesitas para comenzar tu viaje y te mantendrán motivado.
La rutina es tu mejor aliado
Ir al gimnasio sin una rutina establecida puede llegar a ser caótico, así que lo ideal es planear con anticipación nuestros ejercicios. Define qué días de la semana entrenarás cierto grupo muscular. Por ejemplo, los lunes puedes entrenar glúteos y femorales, los martes bíceps y espalda y así sucesivamente. Luego planea los ejercicios y máquinas que usarás para trabajar dichos músculos y así sacarás el máximo provecho a tu tiempo en el gym.
No shame, no gain:
Muchas veces no vamos al gym porque nos da vergüenza entrenar frente a otras personas o preguntar cómo funcionan ciertas máquinas. Debemos recordar que nadie realmente nos está poniendo importancia, al contrario, todos están concentrados en sí mismos, así que pregunta y entrena con toda confianza. Si te ayuda, puedes ir con un amigo: ver rostros conocidos puede ayudarte mucho a superar el miedo y la tensión que el gym puede generar.
Más técnica, menos peso:
Sería increíble levantar 100 libras en pesas tu primer día en el gym, pero, siendo honestos, eso no es realista. Enfócate en mejorar tu técnica y en cómo posicionas tu cuerpo para realizar los ejercicios, así evitarás cualquier tipo de lesión. Con el tiempo y más práctica seguro que levantarás más de 100 libras
La santa paciencia:
Ningún resultado aparece de un día a otro: debes ser constantes, disciplinado y resiliente. Así que llénate de paciencia, vive un día a la vez y ten en mente tus objetivos. Cuando menos lo pienses, verás los resultados de tu arduo trabajo.