Elsa Palou, guerra sin cuartel contra el coronavirus

¿Cómo es un día "normal" para la doctora Palou desde que comenzó la crisis del Covid-19?
Son aproximadamente 10 a 12 horas trabajando con la plataforma, revisando las encuestas en línea que van llegando, analizando literatura, elaborando los manuales necesarios para el manejo del paciente, pautas de manejo para los colegas respondiendo preguntas…

Usted fue una de las primeras en advertir no solo las consecuencias de la pandemia, sino en llamar la atención hacia las condiciones del sistema sanitario en Honduras, ¿qué la llevó a enarbolar esa bandera?
El analizar lo que estaba pasando en los demás países, analizar el contexto de salud nuestro en relación a esos países y también viendo todos los tipos de conexiones que nosotros tenemos con otras naciones vía aérea, marítima, terrestre, y era entonces como sumar dos más dos, el ver lo que nos esperaba.

¿Cómo trata de influenciar de forma positiva en la toma de las decisiones correctas en la cuarentena?
A través de datos reales, de datos científicos que demuestren la necesidad de tener o no una cuarentena, cuánto debe durar. Por ejemplo, sabemos que se deben hacer pruebas de laboratorio en forma masiva para poder saber cuántas personas están contagiadas y dónde, y poder hacer más lapsos en los lugares en donde hay menos contagios y cuarentenas más fuertes en los lugares donde hay más casos.

Su experiencia como ministra de salud le ha proporcionado cierta ventaja en conocimiento, ¿cómo la ha aprovechado para ayudar en la lucha contra el coronavirus?
Conocemos cómo funciona el sistema de salud en el país, dónde están las debilidades, fortalezas, y ese conocimiento sirve para hacer propuestas, y que además de ese conocimiento se basa en la evidencia que vamos adquiriendo.

También se ha vuelto muy popular, la gente valora sus opiniones, la admira y reconoce su labor, ¿qué muestras de ello ha recibido?
Bueno, muchas veces por mensajes de Whatsapp, mensajes de voz, correos electrónicos, también sucede que cuando tengo que ir al supermercado o lugares públicos hay personas que se detiene y agradecen. Igual a mis hijos les llegan algunos mensajes…

¿Qué es lo que más preocupación le causó de la llegada del COVID-19 a Honduras?
La posibilidad de que tuviéramos una gran cantidad de población infectada, que pudiéramos tener una tasa de mortalidad muy alta, porque sabíamos que la cantidad de camas disponibles en los hospitales, la cantidad de ventiladores y unidades de cuidados intensivos no serían suficientes para la magnitud de este problema.

A lo largo de estos dos meses, ¿cómo le ha cambiado la vida?
Bueno, he tenido que dedicarme prácticamente por completo al tema del Covid, hemos tenido que hacer un poco a un lado el resto de los trabajos con las demás patologías, pero también continúo dando clases a grado y post grado en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, UNAH, sobre diversos temas de mi especialidad.

¿En qué acciones está involucrada actualmente para la lucha contra el coronavirus en Honduras?
Somos parte de la plataforma Todos contra el Covid-19, que es un grupo conformado por infectólogos, epidemiólogos, y que trabajamos sobre una plataforma satelital, geo referencial que le pertenece a Ingeniería Gerencial y que ellos nos la han prestado, sin cobrar un centavo, para que nosotros podamos detectar la mayoría de los casos (contagiados), ver dónde están y así brindar esos datos al sistema de salud en la toma de decisiones con base científica.

¿Ha visto, conversado o seguido algún caso particular de Covid-19? ¿Qué singularidad ha visto en esos casos?
Normalmente la gente está muy angustiada, tiene miedo y es natural que lo tenga. Se puede confundir cualquier cuadro de infección de vía respiratoria con coronavirus, pero ya explicándoles mejor la situación, las personas se calman.

En este momento, ¿qué es lo que más requiere nuestro sistema sanitario para el tratamiento del coronavirus?
Requiere de hacer pruebas contra el virus, ya sea pruebas de PCR o pruebas de anticuerpos, pero en forma masiva a la población para saber dónde están los casos contagiados y así poder tomar medidas para la cuarentena y tratamientos de estos pacientes. Por ejemplo, hay personas que están infectadas y no tienen síntomas, en estos casos hay que tratar de disminuir la carga viral, se hace con algunos medicamentos. Cuando hay síntomas leves podemos usar otro tipo de tratamiento. Al tener ya un cuadro moderado o grave, estamos hablando del uso de anti inflamatorios, anticoagulantes, antivirales, que han mostrado mejoría en estos casos, disminuir mortalidad y disminuir los ingresos a cuidados intensivos.

¿Imaginó que algún día enfrentaríamos una crisis de esta magnitud?
La verdad que no. En los últimos 100 años el mundo entero no ha tenido una crisis de esta magnitud. La más reciente parecida a ésta fue la de 1918, conocida como la gripe española, que fue un tipo de influenza H1N1, diferente a la que tuvimos en 2009.

¿Le ha afectado emocionalmente de alguna manera el ver la vulnerabilidad del sistema sanitario hondureño?
Sí, igual que a todos los hondureños. Nos preocupa y vemos la necesidad de fortalecerlo para prepararnos ante cualquier otra crisis.

¿Qué es lo que más le ha marcado hasta ahora, como ser humano y profesional, en la era del Covid-19?
Me marca ver cómo esta enfermedad afecta a las personas desde el punto de vista físico y emocional. Obliga a la separación de las familias, amistades y nos afecta. El hombre es un ser social por excelencia y esta enfermedad nos impide tener ese contacto social.

¿Alguna táctica para desconectarse o relajarse?
Sí, platicar con mis hijos, verlos que estén bien y estables, eso me relaja mucho. Ocasionalmente algo de música o televisión me ayuda.

¿Cómo han manejado en familia esta situación?
Estoy casada hace 36 años, tengo tres hijos y como familia hemos seguido las normas que se han establecido de prevención, como distanciamiento social, evitar salir a menos que sea indispensable, lavado estricto de manos y uso de mascarillas.

¿Qué deberíamos esperar para los próximos?
Es una situación complicada, creemos que a finales de mayo o a principios de junio probablemente vamos a tener una cantidad mayor de casos de los que tenemos hasta ahora. Ojalá que podamos disminuir esos números.

¿Qué le da fuerza cada mañana al levantarse para emprender esta lucha?
Rezar, pedirle mucho a Dios por mi familia, mi país y por el mundo entero.

¿Cuándo visualiza que podrían comenzar a normalizarse las actividades en el país?
A finales de junio o principios de julio probablemente.

Desde que se originó en China hasta hoy, ¿qué avances cree que han surgido en el tratamiento del Covid-19?
Bastantes, sobre todo después de las autopsias en Italia y Estados Unidos que mostraron que la mayoría de las personas se mueren no por el virus en sí, sino por una reacción inflamatoria descontrolada en contra del virus y la formación de muchísimos trombos en vasos sanguíneos. Estos hallazgos marcaron un cambio en el tratamiento, anteriormente se hablaba solo de controlar el virus con antivirales, ahora hablamos de controlar inflamación, controlar coagulación, y esto ha mostrado que ayuda muchísimo a los pacientes.

La solidaridad, ¿qué papel cree que juega en el manejo y superación de esta crisis sanitaria?
Juega un papel preponderante, si no somos solidarios y seguimos fragmentados sin apoyarnos unos con otros no vamos a salir adelante con éxito.

Un mensaje a nuestros lectores, ¿qué podemos hacer para evitar una intensificación del contagio?
Seguir todas las reglas que se nos han dado de distanciamiento social, mantenernos en nuestras casas, aún cuando se levante la cuarentena debemos evitar las aglomeraciones, hay que evitar salir de casa a menos que sea estrictamente necesario, lavado frecuente de manos, el uso de mascarilla cada vez que salgamos y desinfectar las superficies de uso común, eso es fundamental.