La clave de la belleza es la salud: una persona sana siempre se verá bien, porque la belleza exterior es un reflejo de nuestro interior. Por eso es importante que te alimentes de forma apropiada, con comidas que te nutran y te fortalezcan. Eso repercutirá en tu piel, en tu cabello, en tus uñas, en tu cuerpo en general.
Cada una de nosotras es única y, por eso, afortunadamente diferente. La diversidad es una maravilla del mundo. Nada ganas con hacer hasta lo imposible por parecerte a otra persona, sea una modelo, una actriz, o alguien que admires. En ese afán pierdes tu autenticidad y ese rasgo también es parte de la belleza y del amor propio.
Todas las edades y etapas son parte natural del ciclo de la vida. Hoy en día la ciencia anti-envejecimiento está más avanzada que nunca. Eso está bien porque la expectativa de vida ha aumentado, pero no cambia el hecho de que con los años los seres humanos vamos envejeciendo inevitablemente. ¿Vas a pasar tu vida añorando una juventud ya ida en vez de disfrutar el presente? Cada etapa de la vida tiene sus ventajas, hay que aceptarlas con naturalidad y aprovecharlas.
Las críticas que te haces no aportan nada bueno: ¿Quisieras tener una cintura o cadera más estrecha? ¿O unas piernas más largas y torneadas? El sentirte mal contigo misma no va a lograr cambiar las cosas. Por el contrario, va a minar tu autoestima. Haz lo que puedas de forma natural para acentuar tus encantos y disimular tus defectos, y eso incluye ejercicio y buena alimentación. Llega hasta donde quieras llegar, sabiendo que lo estás haciendo por las razones correctas, porque te amas a ti misma.