No tenemos que decirte que, como para todo en la vida, si dejas para última hora un régimen para destacar tu silueta y tus mejores atributos el día de la boda, no te va a funcionar. Tienes que ocuparte de tu piel y tu cuerpo desde, al menos, seis meses antes.
Seis meses antes: Nutrición y cardio
Lo primero es la alimentación. Come verdura y frutas, y limita la sal. Toma agua para hidratar tu piel y eliminar toxinas. El salmón y los pescados azules deben ser los dueños de tu mesa. Limita los lácteos y el azúcar. Ni comentarte que le digas adiós a la comida chatarra y las sodas. Ejercítate. Caminatas, carreras suaves o natación son las grandes aliadas. El baño de vapor cada dos semanas debe estar en tu agenda. Un masaje semanal sería ideal.
Un mes antes: Piel y pelo
Para la piel, los básicos son la limpieza seguida de un humectante. No olvides una crema para el cuerpo después del baño. Ocúpate especialmente de los codos y las rodillas. Para el pelo, conspira con tu estilista y empieza a darle forma paulatina al color, el corte y el estilo que llevarás el día de la boda. Cuida más que nunca la limpieza y nutrición del cabello.
Una semana antes: Descanso, cara y ojos
A estas alturas seguirás aplicando lo que ya convertiste en tu rutina y te ocuparás de dormir al menos ocho horas diarias. El descanso es esencial para aliviar el estrés. Concéntrate en el ritual de los ojos. Cremas al levantarte y antes de dormir, y combatir las sombras de agotamiento serán el objetivo. Es el momento del último facial pre ceremonia en un spa.
El día antes: Revisión total, manicura y pedi
Ya estás en conteo regresivo. Es el día de ir al spa y hacerte un tune up total (sin tocar la cara). Además de poner el pelo a punto de perfección, termina con una pedi profunda y, al final, la manicura. Solo quedará el peinado y el maquillaje… y no olvidarte de estos rituales para el resto de la vida.