GRUPO OPSA:

La terrible manía de quejarse

Por

De vez en cuando es normal quejarse pero si se transforma en una costumbre puede hacerte mucho daño y alejar a los demás. Conoce aquí qué tipo de quejumbroso eres y cómo contrarrestarlo.

04/sep 2017

Todos nos quejamos de vez en cuando, especialmente si vivimos rodeados de un aura de negatividad resulta una conducta completamente normal, casi un reflejo involuntario. Sin embargo cuando la queja se vuelve algo constante en tu vida, un mal hábito en todas tus conversaciones, puede tornarse dañino para ti y molesto para los que te rodean al punto que pueden cansarse y alejarse dejándote en soledad y aislamiento.

Foto: Revista Estilo

Antes de tener que llegar a ese punto es importante que te hagas una autoevaluación y comiences a luchar contra esta costumbre nocivo, según lo amerite tu caso. El respetado doctor Robin Kowalski, profesor of psicología de Clemson University, explica que no todos los que tienen un estado mental negativo lo expresan de la misma manera. De ahí que divide a los que se quejan en tres tipos comunes:

Ventiladores: estos son aquellos que quieren ser escuchados. Típicamente están buscando a alguien que escuche sus quejas pero cuando encuentran a esas personas son rápidos para callarlas, aún cuando les brindan un buen consejo.

Buscadores de simpatizantes: este tipo de personas siempre se queja de su miseria, no importa lo que les digas, a ellos siempre les pasa algo peor que a todos los demás, sus casos son extremos y peores no importa la perspectiva que quieras que lo vean. Sumado a ello siempre ven culpables de sus problemas a terceras personas y situaciones externas.

Quejumbrosos crónicos: estas personas hacen algo que los investigadores llaman 'rumiar', lo que significa pensar obsesivamente y quejarse de un problema, una y otra vez. En lugar de sentirse relajados después de quejarse, en realidad se preocupan más y se ponen ansiosos.

Si te encuentras dentro de una de esas categorías debes trabajar fuerte para encontrar el lado positivo en cada situación. Una vez que lo practicas continuamente se vuelve un pensamiento automático. Así que de ahora en adelante presta mucha atención a tus palabras, escúchate. No esperes que tu familia o amigos te digan que te estás quejando de nuevo. Vuélvete consciente de tus pensamientos y cómo te expresas. Si te escuchas quejándote, rápidamente enfoca tu energía en encontrar soluciones y contrarrestarlo.

Foto: Revista Estilo

Se agradecido. Encuentra algo que agradecer cada día. Mantén un diario, escribe tres cosas por las que estas agradecido cada mañana y cada noche. Si empiezas a sentirte ansioso o pesimista, haz una pausa y escribe de nuevo. Por difícil que parezca puedes encontrar cinco o diez cosas por las que estás agradecido.Al final del ejercicio te sentirás más feliz.

Cambia tu mood. Si te sientes abrumado o negativo, deja de hacer lo que estás haciendo para cambiar tu estado mental. Si estas en casa, siéntate a leer, cocina un nuevo plato, ve un programa agradable. Si estas en el trabajo tomate un break por unos minutos y escucha tu canción favorita. Respira profundamente, cierra los ojos y trata de relajarte unos minutos.

Let it go! Dejar ir lo que no te sirve es de mucha ayuda. Si tus preocupaciones no mejoran una situación o te dejan alguna lección simplemente dejalas ir. Claro, es mucho mas facil de decir que hacer, pero todo la carga innecesaria provoca quejas y más quejas. Piensa constructivamente y toma solo lo que te deja algo valioso.

Foto: Revista Estilo

categorías