Aunque se dice que la cara es el espejo del alma, algo de su reflejo lo hay en las manos. Seguro hablan, actúan, comen y dice mucho de ti mismo. Son, casi con total seguridad, las que más cuenta la personalidad de cada uno. Pero, a pesar de tener un papel tan protagonista, muchas veces son grandes olvidadas a la hora de cuidarse. Atrás quedaron cuando muchas mujeres escondían sus manos en guantes.

Unas manos bien cuidadas no son signo de no trabajar, sino de un gran sentido de común y es que las pobres en glándulas sebáceas y con una piel muy fina, son el target perfecto de la deshidratación. Si a esto añadimos que viven expuestas a múltiples agresiones ambientales, soportan el ataque de los detergentes, los frecuentes lavados o el permanente contacto con el agua, está claro: ante tantos enemigos es difícil de defenderse.

Se resiente y en ellas aparecen mucho antes de lo debido, algunos signos de envejecimiento. La piel se deshidrata, la suavidad se transforma en sequedad, se relajan los tejidos y aparecen manchas oscuras.
Para que las manos no delante los años de los debidos, necesitan ser cuidadas de forma especial. Para empezar hay que acostumbrase a usar cremas especificas que actúan como barrera protectora e hidraten la piel. Existen nuevas fórmulas diseñadas para las manos con claros signos de envejecimiento se beneficien de las propiedades antiedad hasta hace poco reservadas a la piel del rostro y el cuello. Actúan devolviendo a la piel la elasticidad, protegiéndola y borrando en la medida dela posible, las manchas.