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Todo sucede en París

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París es una de las ciudades más cinematográficas del mundo. Sus puentes, plazas y monumentos han inspirado un sinfín de películas, escenas que perdurarán en la memoria del cine y que nos descubren una ciudad mágica y bella, pero también fría y compleja.

18/sep 2013

París es una de las ciudades más cinematográficas del mundo. Sus puentes, plazas y monumentos han inspirado un sinfín de películas, escenas que perdurarán en la memoria del cine y que nos descubren una ciudad mágica y bella, pero también fría y compleja.

Te invitamos a un fascinante recorrido por las películas más emblemáticas de la ciudad de la luz y te contamos dónde encontrar los lugares en los cuales se rodaron sus escenas más memorables. ¿Te atreves a descubrir París a través del cine?

último tango en París (Bernardo Bertolucci, 1972)

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La mítica película de Bernardo Bertolucci, ganadora de dos óscars, ilustra como pocas el mito del erotismo y la sensualidad. Convertida en película de culto, el drama transcurre casi enteramente en la zona adyacente al Puente de Bir Hakeim, justo al lado de la Torre Eiffel.

La excelente fotografía de Victorio Storaro nos transporta a un invernal París de los años setenta, y a unos escenarios hiper realistas que hoy en día permanecen prácticamente intactos. Aquí los tienes:

Escena inicial, en el Pont de Bir Hakeim, un asolado Paul (Marlon Brandon) recorre el puente. En ese momento Jeanne una jovencísima aspirante a actriz (M.Scheneider) le adelanta. Sus miradas se cruzan. Momentos más tarde ambos coinciden en un apartamento que los dos están interesados en alquilar.

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La atracción es irresistible. Al abandonar el edificio ambos establecen el pacto de volver a verse, pero con una condición, jamás mencionaran sus nombres. 'Tú no tienes nombre y yo tampoco tengo nombre. No hay nombres. Aquí no tenemos nombre.'
'Aquí no tenemos nombre'

De esta manera inician sus furtivos encuentros marcados por una fuerte violencia sexual y verbal. El apartamento donde transcurre la historia en la película aparece en el numero 1 de la Rue Jules Vernes, pero en la realidad se trata de un inmueble de la Rue de L’Alboni justo al final del puente en Passy.

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La puerta de hierro se puede ver justo encima de las escaleras de la parte norte del puente.

Al pie de las escaleras es reconocible así mismo el bar desde donde Jeanne realiza una llamada de teléfono justo al principio de la cinta. Es el Bar Eiffel Kennedy en la Avenida del Presidente Kennedy que aun conserva la bulliciosa atmósfera de los cafés auténticamente parisinos.

Midnight in Paris (Woody Allen, 2011)

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La película de Woody Allen es un verdadero homenaje a París, quizás uno de los mejores que el cine haya dedicado a la capital francesa.

'¡Esto es increíble! No hay ciudad como ésta en el mundo, nunca la hubo.' Dice un extasiado Gil (Owen Wilson) al principio de la cinta para regalarnos a continuación imágenes increíbles de la ciudad, incluso algunas sacadas de otras películas como la del Puente de Bir Hakeim de "último Tango en París".

Es desgraciadamente casi imposible desgranar todos los escenarios de esta delirante sucesión de aventuras y reflexiones que es "Medianoche en París", así que, nunca mejor dicho por exigencias del guión, hemos seleccionado nuestras favoritas.

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La cata de vinos en la impresionante terraza no es otra que La Belle étoile, en el Hotel Le Meurice, 228 rue de Rivoli, enfrente de Las Tullerías. Huéspedes ilustres de este lujoso hotel han sido el compositor Tchaikovsky, así como dos artistas que aparecen en el film: Pablo Picasso y Salvador Dalí. ¿Un sutil guiño del director, quizás?

Todos o casi todos nos hemos preguntado cuál era el enigmático lugar donde la magia de la medianoche en París empezaba a operar, transportando al protagonista a un viaje por el tiempo y la fantasía. Las escaleras mágicas no son otras que las de la iglesia de Saint Etienne du Mont, rue de la Montagne Geneviève (metro: Cardinal Lemoine) en donde cada noche aparece el misterioso Peugeot Landaulet 1920.

En el Restaurante Le Polidor (41 rue Monsieur le Prince, metro: Odéon), el protagonista conoce a Hemingway y le pide que le "eche un ojo a su novela". Este bar fue ciertamente frecuentado por éste y otros escritores como Paul Verlaine, André Gide, o James Joyce.

El lugar se conserva casi tal cual como aparece en la película.

De regreso a La Belle époque, Gil junto a la bella Adriana (Marion Cotillard) viajan en el tiempo hasta finales del siglo XIX para reencontrarse en Maxim’s (3, rue Royale) y el Moulin Rouge (82 boulevard de Clichy, metro: Blanche) con figuras como Toulouse Lautrec, Gauguin o Degas.

En la escena final, Gil se encuentra a Gabrielle, la chica que conoce en la librería y lo hacen en uno de los puentes más bellos sobre el Sena, el de Alejandro III (metro: Invalides), un puente muy cinematográfico que ha aparecido en varias películas como en "Moulin Rouge" o "View to a kill" de la saga de James Bond. "París es más bella con lluvia", concuerdan ambos cuando empieza a caer las primeras gotas, en un final inolvidable.

Amélie (Jean-Pierre Jeunet, 2001)

Otra de las películas con un vínculo indisoluble con París y más en concreto con el barrio de Montmatre. Hay quien dice que la película constituye la mejor guía turística de este distrito bohemio.

El film ganador del óscar a la Mejor Película Extranjera en 2002 es una historia de amor y fantasía en el que su protagonista, la joven Amélie, interpretada por Audrey Tautou, se empeña en mejorar la vida de todos los que le rodean.

Sin duda, el lugar más emblemático de la película es la cafetería donde Amélie trabaja como camarera, Les Deux Moulins, en el número 15 de la rue Lepic.

El local aun conserva los neones en el techo y la característica puerta del baño. Sin embargo, no encontrarás ni el pequeño estanco que aparece en la película ni el cristal donde Amélie escribía el menú.

Dicen que en el momento de rodaje el dueño estaba a punto de cerrar el café, pero la fama de la película dio nuevos bríos al negocio y hoy en día se ha convertido en lugar de peregrinación para turistas. Y sí, se puede degustar la famosa crème brulée rebautizada, cómo no, con el nombre de Amélie.

El apartamento de la romántica protagonista se encuentra en el número 56 calle Trois Frères. Justo debajo esta el pequeño mercado donde Amélie solía comprar, Au Marche de La Butte.

En la vida real esta "épicerie" la regenta un argelino llamado Alí, que tras el estreno de la película decidió sacar partido del asunto exponiendo las famosas fotografías Polaroid del gnomo viajero.

Aunque el rodaje se realizó sobre todo en Montmatre, la protagonista se escapaba ocasionalmente al Canal Saint-Martín para dedicarse a su pasatiempo favorito, tirar piedrecitas en el agua. Otro lugar imperdible a visitar si queremos rememorar esta inolvidable película.

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