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Y tú qué clase de empleado eres

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Olvídese de los jefes crueles. Ya se han dado suficientes consejos sobre cómo defenderse de ellos. Los jefes necesitan saber qué hacer frente a los empleados que los hacen pasar las de Caín. Los malos empleados.

28/mar 2016
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    Foto: Revista Estilo
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    El Holgazán. Este tipo de empleado, es que habla mucho pero no hace nada. Esta especie lo retrasa todo en espera de que surja una mejor oportunidad.
    Plan de acción: Fije objetivos con antelación y deje muy en claro quién será responsable de cada labor, a quien tiene que rendirles cuentas y en que día especifico debe de terminar el trabajo. . Aclare que cualquier malentendido y tratar de determinar las razones que tiene el holgazán para componerse como tal. NO de por sentado que lo hace por mera holgazanería. Podría haber otras causas. Este comportamiento puede ser un disfraz de su incompetencia, una cortina de humo para crear una confusión sobre lo que se espera de él o simplemente temor. Si el individuo esta hastiado de un trabajo repetitivo esta hastiado de un trabajo repetitivo es posible que se sienta mejor realizando otra labor.
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    El Sr “No”. Es un perfeccionista motivado por el objetivo de realizar cualquier labor a la perfección y que odia cometer errores. Cuando algo sale mal., el Sr. “No” pierde toda esperanza y le deja saber a todos cómo se siente. Estas personas tienen una gran capacidad para extinguir las esperanzas entre otros ya pagar las chispas de la creatividad.
    Muéstrele compasión, en vez rechazo, y tenga paciencia con él. Utilice a ese tipo de empleados como un recurso; sus peculiaridades puede servirle de sistema de alarma sobre el funcionamiento de la empresa. Los ejecutivos de ciertas empresas someten todas sus nuevas ideas a consideración del Sr No para conocer su opinión antes de acometer cualquier proyecto arriesgado. En una empresa el Sr No se quejó de de todos sus compañeros de trabajo eran unos incompetentes, el jefe dijo “Tiene toda la razón. Hay que matarlos a todos”. Entonces el eterno no negativo soltó una carcajada y reconoció “Bueno, no es para tanto”.
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    El Entrometido. Son impertinentes profesionales que creen saberlo todo. Por lo general están equivocados. También les gusta caer de visita en cualquier momento y ponerse a chismear y a pregonar su último descubrimiento.
    Plan de acción: Reúnase en privado con el empleado y hágale ver como las acusaciones que se formulan a espaldas de los demás pueden afectar a toda una empresa. Sin embargo, evite actuar como un fiscal que se enfrente a un testigo hostil. Y al que intente consumir una parte demasiado importante de su tiempo póngase límites.
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    El subversivo. Con frecuencia quiere ascender y buscar formas de perjudicar a sus superiores o de hacerlos parecer tontos. Puede pasar de extremos pasivos a agresivos y pretender ser su mejor amigo mientras le clava el cuchillo en la espalda.
    Plan de acción: Déjelo en claro a este personaje que usted conoce las dos caras. Dele ordenes, deje muy claro las reglas del juego. A estas personas nunca se les puede dar la mano porque te toman el codo.
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    EL Quejón. Siempre se queja. Suele buscarse problemas y llega a imaginárselos si no existen. En esa categoría suelen caber los empleados jóvenes e idealistas que se desilusionan con rapidez en virtud de las realidades del mundo laboral, y los perfeccionistas.
    Plan de acción: Determine por qué la persona se queja tanto. Si una queja especifica está relacionada con el trabajo, determine en primer lugar si el Quejón no puede o no está dispuesto a hacer esa tarea determinada. Si el trabajador no puede realizar su labor, determine si necesita más adiestramiento o más recursos. Y si no está dispuesto a trabajar, déjelo en la calle

También han identificado a otra clase de empleado: el que dice no a todo y es capaz de "derrotar las grandes ideas con una sola sílaba". El interés en aprender a manejar a empleados difíciles ha aumentando en los últimos años a raíz de las reestructuraciones empresariales.

Con la eliminación de algunos niveles gerenciales, muchos jefes ahora supervisan a más empleados. Sus nuevos subordinados enfadados con una empresa en la que ya no confían, suelen ventilar su descontento. Es importante que el jefe se concentre en el rendimiento del empleado. Te presentamos algunos patrones de comportamiento que seconsideran más negativos.

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El Holgazán.

Este tipo de empleado, es que habla mucho pero no hace nada. Esta especie lo retrasa todo en espera de que surja una mejor oportunidad.

Plan de acción: Fije objetivos con antelación y deje muy en claro quién será responsable de cada labor, a quien tiene que rendirles cuentas y en que día especifico debe de terminar el trabajo. Aclare que cualquier malentendido y tratar de determinar las razones que tiene el holgazán para componerse como tal.

NO de por sentado que lo hace por mera holgazanería. Podría haber otras causas. Este comportamiento puede ser un disfraz de su incompetencia, una cortina de humo para crear una confusión sobre lo que se espera de él o simplemente temor. Si el individuo esta hastiado de un trabajo repetitivo esta hastiado de un trabajo repetitivo es posible que se sienta mejor realizando otra labor.

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