Etiqueta de bailes de salón: Los salones de baile en la era de la Regencia seguían estrictas normas de etiqueta. Se esperaba que los asistentes cambiaran de pareja cada dos bailes, y solo los hombres podían invitar a bailar, aunque podían ser animados a hacerlo por amigos y familiares de las mujeres. Si una mujer rechazaba una invitación, debía rechazar todas las demás durante ese baile. Los bailes permitían un contacto limitado de manos con guantes, mientras que los saludos y despedidas se realizaban únicamente con reverencias, sin contacto físico.