Christopher Bailey lo ha vuelto a hacer. Las míticas trench, chaquetas de campo y chaquetas acolchadas se han modernizado para que sigamos adorándolas, siempre respetando sus características tradicionales. Una colección que tiende a la austeridad, pero que nos deja volúmenes extraordinarios en pequeñas chaquetas, y abrigos con grandes bolsillos en tweed y siluetas marcadas en la cintura recordando a los años 30 y 40.
Una colección 100% femenina que destaca por cinturas muy marcadas por pequeños cinturones, faldas lápiz, muchas con peplum o grandes volantes en diagonal y vestidos cóctel inundados por pequeños flecos. Volantes, arcos, lazos y estampados florales contribuyen a este halo de feminidad por el que Burberry Prorsum apuesta, en una etapa donde el estilo masculino está más que presente.
El campo se denota en una maravillosa chaqueta espiga forrada en piel de oveja y chaquetas de algodón, así como en los gorriones, búhos y perritos bordados en camisetas.
Una colección que muestra, una vez más, la fascinación de Bailey por la juventud casual, no por ello sin elegancia. Una etapa dorada, la juventud, que se empaña al final del desfile con la lluvia que cae sobre la carpa transparente y dentro del desfile en forma de confeti. El carrusel se llena de paraguas y aplausos.
Vía: neomoda.com