Día 1: Familiarízate con el agua
La mayoría de las personas que no nada, le tienen cierto temor a los cuerpos de agua. Tómate este día para conocer la piscina, primero ingresa y ve caminando poco a poco, para conocer su profundidad. Siente el suelo con tus pies y siente lo liviana que eres en el agua. Llega hasta la parte profunda donde el agua no tape tu nariz, de allí regresa. Haz movimientos con tus brazos y pies dentro del agua y luego de unos 15 minutos así, salte de la piscina y vete al borde del lugar más profundo donde llegaste. Allí inclina tu cuerpo hacia al frente, saca tus pompas un poco y lánzate al agua. No temas, tu amigo puede estar cerca para auxiliarte si lo ocupas. Repite el clavado varias veces. Es probable que al inicio caigas de panza, pero verás que de allí irás más inclinada.
Día 2: Aprende a respirar
Para que dejes de temer, ahogarte, practica inhalar profundamente, sumergir tu cabeza en el agua y allí soltar el aire poco a poco para hacer burbujas. Prueba también hacer las burbujas con tu nariz levemente sobre el agua. Repite los ejercicios muchas veces más hasta que te sientas cómoda. Luego, inhala profundamente de nuevo y esta vez sumérgete pero reteniendo el aire. Cuenta el aire para ver cuántos segundos aguantas. Lo ideal es que practiques hasta que llegues a 30. Para terminar este día, vuelve a lanzarte al agua como ayer de clavado, pero esta vez en una zona más profunda, inhala al lanzarte y cuando caigas trata de invertir tu cuerpo y usa tu impulso para rebotar del suelo con tus pies y salir a la superficie, todo manteniendo la respiración. Repite varias veces el ejercicio.
Día 3: Practica flotar
Agárrate del borde de la piscina con tus manos, y trata de elevar tus pies hacia atrás como para quedar recostada boca abajo. No hagas fuerza ni patalees ni nada, solo dejes que la gravedad levante tus pies. Si tu cuerpo está tenso, no podrás lograrlo. Trata de mantener la posición por lo máximo que puedas. Luego inténtalo boca arriba. Simplemente dejas que tu cuerpo flote; las piernas pueden ir juntas o separadas, solo deja de pensar en ese momento y flota. Cuando ya sientas que manejas ambas posiciones, deja ir el borde… tranquila tu amigo estará cerca cualquier cosa.
Día 4: A impulsarse y nadar
Regresa a la posición inicial del día de ayer, tomada del borde del piscina y esta vez cuando tus pies se eleven, empieza a patear como una tijera, intercalando las piernas. Hazlo a una velocidad con la que te sientas cómoda. No siempre debes sacar los pies del agua, la idea es que sientas que no pierdes el balance y la horizontalidad. Ahora toma la tabla con tus brazos e impulsate del borde, para seguir pateando con lo pies. Dale una a dos vueltas a la piscina así. No dejes de practicar hasta que te sientas confiada. La tabla te hará sentir como que si estas tomada del borde.
Día 5: Suma los brazos
De pie, agáchate de forma que el agua cubra tus hombros y empieza a hacer un movimiento con los brazos como el que has visto en la gente que nada (aunque algunos ni mueven los brazos), como si volarás con las alas de un pájaro. Cuando el brazo está bajo el agua, recuerda que la fuerza debe ser mayor. La forma en que muevas tus brazos verás que te hace sentir como impulsada. Esta vez, siempre con la tabla, da una vuelta nadando pero esta vez, lleva la tabla con solo un brazo y ejercita el otro en el movimiento. Luego cambia de brazo, y finalmente, deja la tabla y practica nadar para disfrutar tu verano.
