1. No hagas comparaciones.
Si viajas a menudo o sólo de vez en cuando, es fácil comparar tu situación actual a una del pasado. La orilla de la playa del nuevo lugar no te gusta tanto como las playas de arena blanca de otro destino. El plato de carne que ordenaste esta tarde no estaba tan condimentado como el que comiste en la cena de tu viaje anterior. Llegamos incluso hasta a comparar la amabilidad de las personas.Mientras que al recordar buenos momentos puede ser divertido, hay una fina línea entre la cálida nostalgia y la repentina insatisfacción. Hacer comparaciones crea un mal momento presente y hace que estés insatisfecha al instante con tu lugar actual.
Acepta cada situación tal y como se te presenta.
2. Deja la tecnología.
Aleja la mirada de cualquier dispositivo en el que estés conectado y mira a tu alrededor. Toma nota de lo que se ve: las manchas sutiles de color amarillo en el mantel de flores, tu taza de sidra, una pareja de adolescentes despidiéndose con un beso largo y lento en la parada de autobús, las aves picoteando las migas de pan en las grietas de pavimento. Es imposible absorber los detalles alrededor de ti si estas absorto en el contenido de una pantalla.Guarda tu tecnología y observa el movimiento y la quietud de tu entorno.
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