"Puedo decir que soy perseverante porque siempre he escuchado a mi corazón y no me he rendido. Cuando quise estudiar chocolatería y al momento de montar la procesadora de cacao muchos me dijeron que no lo hiciera, pensaban que estaba loca. Pero esos comentarios y los obstáculos que implican un proyecto de este tipo no me han detenido. Estudié chocolatería, catación de cacao y fundé Ibagari Chocolate, es la primera procesadora de cacao de capital 100% hondureño. Hasta el día de hoy no me he rendido, sigo siempre hacia adelante. Saltando los obstáculos, un día a la vez", dice Nancy.
Si hay algo que la mueve es el orgullo por su nacionalidad, por eso sabía que debía elegir un nombre especial para su negocio, "el significado de Ibagari es Vida en Garífuna. Escogí ese nombre porque capta la esencia de lo que es para mí este emprendimiento. Ibagari es mi proyecto de vida ; el cual ha venido a darme un propósito", explica.
Los últimos cinco años los ha dedicado a este emprendimiento que se ha ganado su reputación a base de trabajo arduo, no hay horarios ni límites cuando en verdad quieres cumplir un sueño, "un negocio exitoso se construye a través de su historia, concepto, productos diferenciados, la calidad de sus procesos y el impacto que tiene en su entorno social y económico".
A través del concepto de Ibagari, Nancy quiere culturizar a todos los consumidores locales para que el chocolate sea igual que el café, "un producto de regla en los hogares hondureños. Honduras es la cuna del cacao y por lo cual todos los hondureños debemos honrar ese título incorporando el chocolate de calidad a nuestra dieta diaria".

¿Cómo nace Ibagari? ¿De dónde surge la idea?
Luego de culminar mi MBA en Taiwán, a mi regreso a Honduras en 2012, comencé a laborar en la empresa privada. Sin embargo, el mercado local laboral no cumplía con las expectativas que tenía en ese momento de mi vida. Y es así, como en el año 2014 decido renunciar a mi empleo, tomarme un año sabático y en medio de una crisis existencial sobre qué hacer con mi vida, tenía únicamente claras tres cosas:1. Quería un trabajo que me gustase y apasionase.
2. Deseaba tener mi propio emprendimiento.
3. Quería quedarme en Honduras para crear un impacto y marcar la diferencia haciendo algo innovador que me permitiese contribuir al desarrollo de mi país.
Fue así, como inicie un viaje al interior de Honduras; con el objetivo de encontrar alguna pasión que pudiese materializar en una idea que se convirtiese en mi oficio y parte de mí día a día. Luego de recorrer y observar la infinidad de recursos naturales que posee nuestro país; encontré la inspiración y la respuesta a cada una de las preguntas que toda joven de 26 años tiene. Y aquí es donde nace la inquietud por estudiar y conocer más sobre el cacao hondureño.

¿Qué o quienes te inspiraron?
Durante ese viaje por distintos lugares de nuestro país a lo largo del 2014, todavía recuerdo como en Gracias, Lempira, exactamente frente al parque; conversando con mis padres sobre qué podía hacer que fuese nuevo y que nadie estuviese haciendo. Cuando de repente, vino a mí el recuerdo de un show de un chocolatero belga; el cual tuve la oportunidad de presenciar en Taipéi. Y fue así, como en ese momento pensé "esto puede ser algo". Ya luego, a mi regreso a San Pedro Sula empecé a leer e informarme sobre todo lo relacionado al tema del cacao y el chocolate. Tomando, así con el apoyo incondicional de mis padres, la decisión de viajar nuevamente al exterior para estudiar Chocolatería Profesional.¿Qué diferencia tu negocio en con empresas similares?
En cuanto a chocolatería, Ibagari ha sido la pionera en todo lo que es la parte del procesamiento. Teniendo los equipos adecuados y tecnificados con una línea completa de producción que nos permite elaborar todos nuestros productos desde el grano hasta la barra. Por otra parte, en cuanto a la comercialización, igualmente se ha sido líderes fundando la primera tienda especializada en chocolatería, bebidas y productos derivados en base cacao. Teniendo productos diferenciados como el Martini de Chocolate, Granitas de Chocolate, Chocolate y Pinol Caliente, Paninis de pollo y res con chocolate. Aparte, de ser el único local que cuenta incorporado en un solo lugar con área de chocolatería y bombonería.
¿Cuáles fueron los obstáculos que debiste superar al comienzo del proyecto?
Al inicio del proyecto, aún recuerdo que muchas personas del rubro vieron con incredulidad que Honduras pudiese tener su primera procesadora de cacao de capital 100% hondureño. Rompimos el mito del que el bean to bar era solo para los europeos. El demostrar que Ibagari era un chocolate de calidad elaborado desde el grano hasta la barra; lo cual quedó demostrado por todos los buenos reviews que recibimos durante nuestra asistencia a el Salon Du Chocolate en París, Francia. El ser pioneros en algo no es fácil ya que hay retos desde armar la infraestructura, maquinaria, procesos en un rubro que no existía cuando todo esto dio inicio en el año 2015; nadie le estaba dando ese valor agregado al cacao a nivel de fábrica, contando con el manejo de todo el proceso de producción. Actualmente, seguimos abriendo el mercado, culturizando e incentivando el consumo de chocolate de calidad en el mercado nacional.¿Y los que sigues enfrentando?
Actualmente, el principal obstáculo que debemos superar es afrontar y dejar atrás este duro año con toda la crisis económica que ha dejado el COVID 19.
¿Cómo lograron sobrellevar la pandemia?
Al día de hoy puedo decirle que Dios, mi fe ha sido lo principal. Mis papás, que me han apoyado incondicionalmente, mi familia y esos amigos verdaderos que han estado siempre ahí para apoyarme. Todos ellos son ángeles que Dios puso en mi camino.¿Cómo se reinventó Ibagari Chocolate?
La empresa evolucionó. Nos quedamos hasta ahorita únicamente con la fábrica y vendiendo por delivery ; haciendo envíos a nivel nacional hasta la puerta de la casa de nuestros clientes. Por ejemplo, llevando trufas por delivery hasta La Esperanza. Algo que antes de la pandemia no hacíamos.Finalmente, la reapertura de nuestro local comercial será con un punto express adaptándonos a la nueva realidad de autoservicio y pick up. Tendremos lo mismo pero adaptado a la nueva realidad que nos ha impuesto la COVID 19.

¿Qué lecciones has aprendido en estos meses de pandemia?
¡Muchas! La principal es que al final todo lo que sucede es por algo. Dios siempre tiene un propósito, en el momento uno no lo entiende, pero a medida el tiempo pasa todo va cobrando significado. Corroboré que la pasión y el amor te mueven. El amor por este oficio la chocolatería me ha dado las fuerzas para seguir adelante. Y finalmente, que lo único constante en nuestra vida es el cambio y las personas que están en todas esas etapas son las que tenemos que atesorar con todo nuestro corazón.¿Cuáles son las características que debería tener un emprendedor en la era Covid-19?
Debe ser fuerte, perseverante, resiliente y sobretodo tener la capacidad de adaptarse a los cambios usando su arte, ingenio y creatividad.¿Qué o quiénes han sido clave para fundar y seguir adelante con este proyecto?
Mi apoyo incondicional en todos los aspectos de mi vida son mis padres. Sin ellos, no estaría aquí, Ibagari Chocolate no existiese porque ellos fueron los únicos que creyeron en mí cuando tuve la idea de estudiar chocolatería. Y son quienes me han visto reír en los tiempos buenos y llorar en medio de las dificultades dándome su hombro para apoyarme y siempre impulsándome para superar las pruebas y salir adelante.